No he podido averiguar de quién es el cuadro que comparo con "la Piedad" de Miguel Ángel y otros tantos descendimientos de cristo muerto, por favor si alguien sabe el autor que me lo diga, por favor.
Federico I de Hohenstaufen , el de la barba roja, EMPERADOR DEL SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO, inspirado en el antiguo imperio romano, tenía una meta: “el Dominium Mundi” ¡Ja, ja, ja, ja! (risa malévola). La iglesia compartía ese propósito con el emperador ¡Ja, ja, ja, ja!, eso sí, siempre que la autoridad suprema fuera el Papa.
En esta polémica se originaron dos bandos rivales:
Los welfen era partidarios de que el poder recayera en los Papas y sus fortalezas se caracterizaban por almenas cuadradas.
Los weiblingen defendían la supremacía imperial y las almenas de sus castillos se remataban en cola de golondrina. (muy prácticas para apoyar la bayoneta)
Estos dos bandos, origen y razón de tantas y tantas guerras a lo largo de los siglos, en Italia se llamaron: Güelfos (partidarios del poder en manos de la iglesia) y Gibelinos que defendían la supremacía de un imperio, como lo fue el romano o el de Carlomagno.
Lo cierto es que Iglesia e Imperio siempre han tenido roces y mutua dependencia, algo que el papa Gelasio llamó “doctrina de las dos espadas”. Un equilibrio francamente complicado.
Ya el avispado emperador Otón I, El grande, dos siglos y medio antes, viendo la influencia que tenían los obispos sobre sus súbditos, se reservó a sí mismo el poder de elegirlos asegurándose su fidelidad. Un derecho imperial que por supuesto no gustó a ningún papa.
La cosa va in crescendo y el emperador se auto-proclama “augusto” descendiente de los emperadores romanos, hijo adoptivo de dios y legítimo sucesor de San Pedro …pero, sigue siendo coronado por el Papa.
El cesaropapismo está en marcha y la “querella de las investiduras” ha comenzado. Estamos en el s. XI y la iglesia se empieza a mover para liberarse del poder de los emperadores. Comienzan por barrer la casa; dignificando la moralidad de los clérigos prohibiendo dos cosas.
la simonía: no comprarás cargos eclesiásticos o poder divino… “que tu dinero perezca contigo, ya que creíste que el don de dios se podía comprar con dinero.” (Dijo san Pedro a Simón el Mago.)
y el nicolaísmo: se impone el celibato, los curas no se pueden casar ni amancebar y el que tenga mujer deberá repudiarla. El astuto papa evita de esta manera el que los cargos eclesiásticos sean hereditarios y consigue que las herencias de los clérigos reviertan en sus arcas. (¡Todo queda en casa, gana el papa! )
Afirmando que el poder de la iglesia es superior a cualquier otro poder terrenal: la teocracia (gobierno de dios) deriva en la hierocracia (El papa está por encima de todos los monarcas) acabando de un plumazo con el cesaropapismo.
De hecho fue Federico I, Barbarroja, quien a la muerte del papa Adriano IV organizó un cisma; convocó su propio concilio en Pavía y nombró a su propio papa: Victor IV (el antipapa) a la par que los cardenales elegían a Alejandro III.
Federico I Cree también en la soberanía del pueblo que contenía el re-descubierto derecho romano su proyecto, universal y sagrado, estaba establecido por el pueblo y la voluntad divina “Sacrum” se antepone a la palabra “imperium” en 1157
Federico I y su hijo Enrique VI pretendían mantener unidos los reinos de la cristiandad hasta el fin de los tiempos, manteniendo sometido al Papa.
Por su parte el Papa Alejandro III cree que la creación única requiere una autoridad única, que por supuesto tiene que recaer en él, pues el papa es el único y verdadero emperador
La iglesia defiende el derecho eclesiástico que da lugar al derecho canónico.
Los grandes canonistas aseguraban autonomía al poder temporal laico pero revalidaban al papa como autoridad suprema para sancionar por motivos morales o religiosos “Ratione peccati”.
Ha muerto Adriano IV y Milan se revela, el emperador la asedia y la obliga a capitular, a los pocos años atizados por el papa se vuelve a sublevar y fue arrasada. Federico I se viene arriba y canoniza a Carlomagno, por su cuenta y riesgo. ¡Ole!
Alejandro III busca apoyos en el sur de Italia y otros países europeos y termina refugiándose en Francia.
Había vencido Federico y organizaba un gobierno autoritario en Italia, pero los anti-papas no tenían tirón ni autoridad entre el clero alemán que no gustaba del intervencionismo de Federico que debía de hacer concesiones y negociar alianzas con los nobles alemanes y reyes… nunca consiguió la alianza francesa.
En 1176 en la batalla de Legnano dónde el emperador luchaba junto a los gibelinos contra las tropas de la liga lombarda de Alejandro III y sus güelfos aliados, el imperio sufrió una derrota humillante que obligó a firmar a Federico I la Paz de Venecia y dar autonomía a las ciudades noritalianas de la liga Lombarda.
Barbarroja murió en Cilicia...
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