Que son los contratos a plazo FORWARD y futuros

En los mercados financieros surgen con frecuencia nuevos productos y servicios. A menudo, estas innovaciones están impulsadas por la evolución de las necesidades y los gustos de los participantes en el mercado, así como por los avances tecnológicos. La aparición de los activos digitales y de la tecnología blockchain ha dado lugar a nuevos tipos de contratos de derivados que antes no eran posibles. Intuitivamente, un contrato a plazo es un acuerdo entre dos partes para intercambiar un activo a un precio específico en una fecha futura acordada. Los contratos de futuros, en cambio, son acuerdos entre dos partes para comprar o vender un activo a un precio específico en una fecha futura determinada. Tanto los contratos a plazo como los de futuros tienen sus propias ventajas y desventajas, pero ¿cuál es el más adecuado para usted? Se trata de un contrato a largo plazo entre dos partes con el objetivo de comprar o vender un activo a un precio fijado y en una fecha determinada. El contrato forward obliga a sus participantes a comprar o vender el activo en una fecha específica futura a un precio. Se construye partiendo de cierto subyacente a su precio actual y costo de financiamiento. Los más comunes son los negociados en las tesorerías sobre monedas, metales e instrumentos del renta fija.
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¿Qué es un contrato a plazo?
Un contrato a plazo es un contrato que obliga legalmente a las partes a ejecutar los términos del contrato en la fecha especificada. No hay ninguna obligación abierta más allá de la fecha especificada. Puede pensar en un contrato a plazo como una promesa de hacer algo en un momento determinado. Por ejemplo, puede firmar un contrato a plazo con una empresa de construcción para que le construyan una casa nueva. Si firma un contrato a plazo, estará obligado a pagar por la casa según lo especificado en el contrato y el contratista estará obligado a construir la casa según los términos del contrato. Un contrato a plazo es diferente de un contrato de futuros porque un contrato de futuros obliga a las partes a un intercambio específico de activos en un momento determinado en el futuro, mientras que un contrato a plazo obliga a las partes a una única transacción en un momento determinado en el futuro.

¿Qué es un contrato de futuros?
Un contrato de futuros es un acuerdo entre dos partes para comprar o vender un activo a un precio específico en una fecha futura concreta. Los contratos de futuros son contratos estandarizados que se negocian en bolsas reguladas. De la misma manera que se suscribe un contrato cuando se contrata un plan de telefonía móvil o se compra una vivienda, también se suscribe un contrato de futuros cuando se realiza una operación. Además del intercambio de activos a un precio determinado, las partes de un contrato de futuros también acuerdan pagos de márgenes que se utilizan como garantía para asegurar sus obligaciones en virtud del contrato. La estandarización de los contratos de futuros significa que son fáciles de negociar y son especialmente adecuados para las transacciones financieras a gran escala, como la cobertura del riesgo de cambios en los tipos de interés o la protección contra las fluctuaciones del valor de las divisas.

Diferencias entre los contratos a plazo y de futuros
Una de las principales diferencias entre los contratos a plazo y los de futuros es la obligación de cumplir las condiciones del contrato. Con un contrato a plazo, no hay obligación de completar la transacción si los términos ya no son beneficiosos. Sin embargo, con un contrato de futuros, ambas partes han firmado un contrato vinculante, por lo que no hay escapatoria. Esta diferencia hace que los contratos de futuros se utilicen casi siempre con fines de cobertura. Los contratos a plazo, en cambio, son adecuados para todo tipo de transacciones, incluidas las de inversión y especulación. Otra diferencia clave es que mientras los contratos de futuros son contratos estandarizados, los contratos a plazo son contratos no estandarizados. Esto significa que los contratos a plazo están hechos a medida para satisfacer las necesidades de las partes, mientras que los contratos de futuros son contratos estandarizados que se negocian en bolsas reguladas.

¿Por qué utilizar un contrato a plazo?
Un contrato a plazo es el más adecuado para las transacciones que se ejecutarán en el futuro, pero que no requieren la entrega real de un activo. Por ejemplo, una empresa del sector turístico puede querer comprar billetes de avión para un grupo de turistas dentro de tres meses. En este caso, la empresa no tiene previsto utilizar realmente los billetes para el fin previsto, sino que sólo necesita poseerlos durante un periodo de tiempo determinado. Los contratos a plazo ofrecen una solución rentable para satisfacer esta necesidad.