Paseo por EL RETIRO 🍁 Madrid 4k 🍂walk tour 🍂 otoño

El Parque de El Retiro es ideal para pasear en otoño con su variedad de colores... En un día con un cielo plomizo gris que se torna hasta el azul vibrante, los árboles vestidos en múltiples tonos de amarillos, ocres y verdes... Y todo ello en un monumental entorno que ahora te cuento...

0:00 - 1 - Palacio Cristal. Palacio Velázquez.
7:20 - 2 - Fuente Alcachofa. Estanque Grande. Monumento Alfonso XII.
13:20 - 3 - Fuente Galápagos. Paseo México. San Manuel y San Benito.

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Empezamos por el Palacio de Cristal y sus fotogénicas vistas desde el pequeño lago con el que fue concebido. En éste, habitan los peculiares cipreses de los pantanos, originarios de América del Norte. Son, en su mayoría ejemplares centenarios, uno calificado como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid.
El Palacio se construyó como invernadero para la Exposición de Filipinas de 1887. Exponente de la arquitectura del hierro, se hizo a semejanza, y menor escala, del Crystal Palace del Hyde Park de Londres de 1851, que se perdió.
No menos vistoso es el Palacio de Velázquez, levantado para la Exposición Nacional de Minería de 1883 por el mismo arquitecto que el anterior, Ricardo Velázquez Bosco. de ahí su nombre. Junto a él participó el ingeniero Alberto del Palacio y el ceramista Daniel Zuloaga que adornó profusamente este edificio de ladrillo bicolor. Es la única construcción del conjunto levantado para la exposición.
Ahora ambos palacios son sede de exposiciones temporales pertenecientes al Museo Reina Sofía.

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Caminamos por avenidas y plazas con los nombres de los países de Hispanoamérica, que nos llevan a la bella Fuente de la Alcachofa, ideada para el Salón del Prado por Ventura Rodríguez, junto a la de Cibeles, Neptuno... y trasladada hasta aquí en 1881 desde la Glorieta de Atocha.

Paseamos ahora por el popular Salón del Estanque, uno de los atractivos del parque. Este lago nació allá por 1635, junto a los jardines. Al principio tuvo una isla ovalada en el centro y en los primeros tiempos se celebraban naumaquias para recreo de realeza y nobleza. Siempre fue navegable, con diversos embarcaderos y restauraciones pero conservando básicamente su forma y tamaño a lo largo de los siglos.
En uno de sus laterales fue erigido el espectacular Monumento a Alfonso XII, concluido en 1922, otra vista en la que todos quieren llevarse una foto. El conjunto, financiado por suscripción popular, fue concebido por José Grases Riera. Más de veinte escultores participaron en el mismo, destacando la estatua ecuestre del rey de Mariano Benlliure.

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Llegamos a otra de las fuentes que embellecen el parque, la de los Galápagos, también traída aquí desde la Red de San Luis en 1879, erigida por orden de Fernando VII en homenaje a su hija Isabel II.
Nos adentramos en el Paseo de México, diseñado por Cecilio Rodríguez en los años 40 del siglo pasado y rehabilitado en 2021, que conduce a la Plaza de la Independencia. Por aquí entran y salen buena parte de los visitantes de El Retiro, tras atravesar la puerta diseñada por José Urioste y Velada en 1885, a partir de la del desaparecido Casino de la Reina.
Pero antes, nos hemos desviado hasta otro lugar menos transitado, la Plaza y Puerta de Hernani, donde contemplamos una fuente más modesta, pero igualmente bella, la de Las Náyades, así como de la vista de una de las iglesias más bonitas y particulares de Madrid, San Manuel y San Benito de 1910, de estilo neobizantino, obra de Fernando Arbós y Tremanti.

Hemos transitado por la parte más popular y conocida del Retiro, sobre todo para visitantes.
Decir El Retiro, o Retiro Park, evoca este jardín de Madrid, que está entre los grandes parques del mundo, como el londinense Hyde Park, cuya superficie iguala, o el Central Park de Nueva York, tres veces más grande.

El Retiro abrió al público como Parque de Madrid en 1868, cuando pasó a propiedad municipal tras la Revolución llamada la Gloriosa. Entonces comenzó su cierre perimetral con 18 puertas, algunas monumentales y su evolución paisajista y monumental hasta hoy.

Pero su historia comenzó cuando El Conde Duque de Olivares para complacer a Felipe IV comienza la construcción del complejo palaciego «Casa Real del Buen Retiro», a las afueras del este de Madrid. Lo que comenzó por una ampliación en 1630 de los Cuartos Reales junto a los Jerónimos se convirtió pronto en un gran lugar de ocio con diversas edificaciones y extensos jardines, marco de numerosos festejos, representaciones teatrales, corridas de toros, juegos ecuestres, naumaquias y demás diversiones.
Aquel complejo y sus jardines no sólo abarcaba el Retiro de ahora, sino que se extendía por el actual Barrio de los Jerónimos.
Muy dañado con la Guerra de Independencia, cayó en decadencia.
Además de el Parque, hoy sólo queda el Salón del Reinos que está siendo rehabilitado para recuperar el esplendor de sus primeros tiempos y El Casón del Buen Retiro, muy modificado.

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