Diosdado Cabello ejecutó este sábado uno de sus peores montajes. El de una supuesta conspiración internacional que comandada por la CIA, los servicios de Inteligencia de España, el Tren de Aragua, el Tren de los Llanos, unos turistas españoles que visitaban comunidades indígenas, un militar estadounidense y María Corina Machado, Y todos, según él, tenían un plan para atentar contra su persona, Delcy Rodríguez y Nicolás Maduro.
La denuncia está plagada de pruebas infumables que no se sostienen, que resultan descabelladas y hasta podrían ser risibles si no revistiesen la gravedad que todos conocemos.
Y vamos a comenzar a analizar una información de última hora que hemos podido obtener directamente desde el estado Amazonas, lugar donde fueron detenidos los dos turistas españoles, Andrés Martínez y José María Basoa, que habían visitado los cerros de Mavecure, en Colombia y habían compartido con las comunidades indígenas de la zona.
Los dos amigos españoles viajaron al lugar, cerca de la frontera con el estado Amazonas en Venezuela, desde Caracas, porque era un trayecto más barato, según me explicaron hoy desde Colombia.
De allí se trasladaron a los cerros de Mavecure y estuvieron varios días compartiendo con poblaciones indígenas. Ser trata de dos jóvenes, mochileros, acostumbrados a visitar destinos similares: de descubrimiento, de contacto con comunidades locales y de cierta aventura.
Desde Inírida, en Colombia, navegaron hasta el Orinoco y subieron hasta Puerto Margarito. De allí, viajaron en carretera vía Puerto Ayacucho, y atravesaron tres alcabalas: Samariapo, Platanillal y la última es Cataniapo.
Las dos primeras las superaron sin problemas, pero algo ocurrió en la última que terminó en la detención. Los pobladores de la zona aseguran que el único motivo por el que pudieron haber sido detenidos es porque se quedaron sin dinero para superar la extorsión de esa última alcabala.
En la zona de Atabapo es frecuente la venta de minerales y piedras preciosas a bajos precios. Por eso, los turistas europeos suelen visitar el lugar para llevarse alguna piedra de valor a sus países. A nadie le consta que ese haya sido el caso de los jóvenes, pero al mencionar que venían de la zona, pudieron despertar la suspicacia de los militares de la última alcabala y, al verse sin dinero para pagar esta última extorsión, fueron detenidos por el DGCIM.
Los españoles: uno desempleado y el otro se dedicaba a trabajos de fontanería y al mantenimiento de la instalación de gas. Estaban a 700 kilómetros de Caracas, más de 11 horas en automóvil. ¿Se puede imaginar un lugar más recóndito en el país para atentar contra Maduro y su séquito?
Las imágenes que demostraron la supuesta incautación también son absurdas: ¿Cómo es posible que no haya imágenes de cuando entraban en los contenedores en los puertos o aeropuertos? El montaje parece de muy baja calidad
Ayer la ministra de defensa de España, Margarita Robles, declaró que Venezuela es una dictadura. Hoy, Josep Borrell, ministro de Exteriores de la Unión Europea, dijo exactamente lo mismo.
Y, para nadie es secreto, que los apresados no están allí porque el régimen o alguien en el DGCIM crea que ingresaron a Venezuela para asesinar a Maduro. Diosdado Cabello ha montado el plan para marcar fuerza, frente al exterior y también frente a los suyos.
Pero lo más importante para el chavismo, es que con nuevos rehenes extranjeros, se sienten con más fortaleza para presionar a Europa y Estados Unidos para que no continúen en su escalada de reconocimiento a Edmundo González y son la presión en los organismos multilaterales y la Corte Penal Internacional. Jorge Rodríguez lo anunció la semana pasada. No estamos en el escenario como el de Guaidó. Este es mucho más peligroso, porque esta vez hubo una victoria electoral y además con pruebas.
En este escenario, la visita turística a Venezuela es hoy más que nunca una actividad de máximo riesgo. Y no por la delincuencia común, la guerrilla o los peligros propios de un país cada vez con un Estado más debilitado. Sino por el propio régimen.
Mientras la esposa de Diosdado vendía como ministra de turismo que Venezuela es un país seguro para los extranjeros, su esposo encarcela y toma como rehén a cualquier turista.
Cualquier turista extranjero es un blanco perfecto para ser secuestrado y usado para una negociación política. Los grupos de delincuencia organizada funcionan de ese modo. Cualquier extranjero puede ser la próxima víctima.
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