Motivos para denegar la custodia compartida
Descubre en qué situaciones NO suele establecerse la custodia compartida.
¿Cuándo NO es recomendable solicitar la custodia compartida?
La custodia compartida puede ser una excelente opción para el bienestar de los hijos en una separación, pero no siempre es la mejor alternativa. Existen ciertas situaciones en las que, por el bien de los menores, este régimen no es la opción más adecuada. A continuación, te explico en qué casos no se recomienda solicitar la custodia compartida.
Casos de violencia doméstica o abusos
En situaciones de violencia doméstica, tanto hacia el otro progenitor como hacia los hijos, la custodia compartida no es una opción adecuada. El bienestar y la seguridad del menor deben ser la prioridad. En estos casos, es posible que el juez determine una custodia exclusiva para proteger al menor de posibles daños físicos o psicológicos.
Es posible en estos casos que incluso se prive al progenitor acusado de violencia de toda relación con los hijos.
Distancia geográfica significativa
Si los padres viven lejos el uno del otro, el régimen de custodia compartida puede volverse complicado y afectar la estabilidad del menor. Para el niño, el hecho de tener que adaptarse a dos estilos de vida diferentes en lugares distantes puede resultar desestabilizante, pensemos en el entorno, los amigos, el colegio..
Se trata de que los niños tengan una vida más fácil, si tienen que hacer cientos de kilómetros en coche para ir y volver al colegio y para relacionarse con ambos progenitores, es de sentido común que no es beneficioso para ellos.
Conflicto grave entre los progenitores que afecte a los menores
La custodia compartida requiere una comunicación fluida y constante entre los padres. Sin embargo, si la relación entre ambos es demasiado conflictiva o hay problemas de comunicación, mantener una custodia compartida puede terminar perjudicando a los hijos. Es fundamental que los padres puedan cooperar para asegurar la estabilidad emocional de los menores, evitando exponerlos a discusiones o situaciones tensas.
Si la mala relación está causando perjuicio a los hijos, la custodia compartida no es la opción más recomendable.
Lo que no se admisible es que un progenitor cree los conflictos con la intención de evitar este tipo de custodia. En esos casos, demostrando que es así como ocurre, los juzgados otorgan la custodia compartida.
Dificultades de adaptación del menor
Cada niño es único, y algunos pueden no adaptarse bien a los cambios constantes entre dos hogares. Si el menor está experimentando problemas emocionales, psicológicos o de adaptación, la custodia compartida puede agravar estos problemas en lugar de ayudarle. En estos casos, una custodia exclusiva puede ofrecerle la estabilidad que necesita para afrontar la separación de sus padres de una manera saludable.
Falta de implicación previa de uno de los progenitores
Si uno de los padres no ha estado involucrado en la crianza o ha mostrado desinterés en el bienestar del menor hasta el momento de la separación, es probable que la custodia compartida no sea la mejor opción. Este régimen funciona mejor cuando ambos padres están comprometidos en la vida del niño y desean compartir sus responsabilidades.
Falta de disponibilidad horaria de alguno de los progenitores
Si por cuestiones laborales uno de los progenitores no puede estar con los hijos, no tiene sentido que pida la custodia.
Para que el niño sea criado por una tercera persona ajena a sus padres, más allá de los apoyos puntuales que todos podemos necesitar, es mejor que sean su padre o su madre que sí tiene disponibilidad quien se ocupe de la crianza.
Condiciones de salud especiales
Cuando el menor o alguno de los progenitores presenta una condición de salud que requiere cuidados especiales, es importante evaluar si ambos padres pueden satisfacer estas necesidades. En caso de que uno de los progenitores no pueda proporcionar el apoyo necesario, se recomienda optar por una custodia que asegure que el niño reciba los cuidados adecuados.
Preferencia del menor
Si el menor es lo suficientemente maduro, su opinión puede ser un factor importante para el juez. Algunos niños, debido a su edad o circunstancias personales, pueden preferir vivir con uno de los padres en lugar de compartir la custodia. Siempre se debe escuchar y respetar la voz de los menores en decisiones que impacten su vida cotidiana.
Si tienen menos de doce años serán escuchados a través del equipo psicosocial.
Si tienen doce años o más, serán escuchados directamente por el Juez en la entrevista llamada exploración del menor.
En conclusión, aunque la custodia compartida cada vez es más frecuente, no siempre es la mejor opción. Es esencial evaluar cada situación de manera individual para garantizar que el régimen de custodia elegido beneficie realmente al menor y promueva su bienestar.
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