El hombre ha sido puesto sobre esta tierra para que señoree. Adán y Eva caminaban bajo la influencia del reino de los cielos, era su mayor influencia, no las emociones, ni los sentidos. La caída vino por causa del pecado, porque hubo en ellos un cambio de influencia, del reino de Dios, a la de los sentidos.
La vista empezó a ser su mayor influencia. Pero, Dios levantó a Jesús para hacer un cambio de influencia, y que andemos, no por los sentidos, sino por la fe.
Dios quiere librarte de la atadura de los sentidos. Jesús vino, y con Él, un cambio de influencia. Por eso proclamamos bendición sobre nuestra tierra. Una iglesia puede ser grande e influenciar poco; la mayor influencia es la del reino de Dios.
Creo lo que la Biblia dice, esa debe ser nuestra confianza, no lo que vemos o escuchamos, sino lo que Dios ha dicho. Somos y tenemos lo que la palabra dice y enseña.
A Jesús se le oponía el sistema religioso, aparte del diablo. Una vez le preguntaron a Jesús sobre con qué autoridad hacía lo que hacía. Este sistema religioso es uno de jerarquías, en el que puestos y cargos son muy importantes; pero, en la iglesia, la autoridad no se basa en jerarquías, sino en una relación con el dador de la vida. Jesús vino a empoderar a su pueblo para hacer la voluntad de Dios, basado en una relación directa con Dios, y no a través de otros hombres. Solo Jesús es el mediador entre Dios y los hombres.
Cuando Dios llama no ve jerarquías, sino corazones. Cuando a Jesús le preguntaron esto sobre la autoridad con la que hacía los milagros y las maravillas que hacía, y las palabras de poder con las que hablaba, Él no les responde de manera directa, sino con una parábola en Mateo 21:23 “Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?”.
Jesús concluye con que los más pecadores, pero que creyeron y cambiaron, y dejaron de hacer lo malo, estos van delante de otros que no creyeron, con todo y que vivan una vida muy religiosa. De manera que, la influencia del reino le será dada a aquellos que producen el fruto del reino, habiéndosele quitado a otros que no produjeron ese fruto. Dios llama para que produzcamos los frutos de su reino.
Jesús vino para destruir las obras del diablo, pero la Iglesia ha dejado de ser influencia por esconderse detrás de las doctrinas y normas, pero cuando la Iglesia es levantada por el poder de Jesús, y un hombre de Dios toma el compromiso de influenciar a un país, veremos grandes obras. Cada uno de nosotros debemos ser influencia para nuestro país.
Es completamente ilógico decirles a las personas con necesidad que Jesús les ama y no demostrarles ese amor a través de la solidaridad. Asimismo, aquellos que se van detrás de las añadiduras pierden la influencia del reino, porque el reino no son las añadiduras, es la influencia.
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