Salvemos El Cuyo ⏐ La voz viva del pueblo que resiste ante la invasión de los negocios hoteleros

#SalvemosElCuyo #SalvemosLaTierra #PueblosOriginarios #PuebloMaya

Pasaron 500 largos años pero a pesar de todas las guerras y revoluciones, la invasión y la destrucción de los pueblos aún no ha terminado. Solamente cambiaron las armas. Si antes lo hacían con espada y escudo, ahora lo hacen con las máquinas de “construcción” y la burocracia. Estamos en un pueblo que se llama el Cuyo en el estado de Yucatán y hoy vamos a representar la voz viva del pueblo que resiste ante la invasión de los negocios hoteleros. 

Para empezar, presentamos el Cuyo. Es un pueblo chiquito de los pescadores en la península de Yucatán. La verdad, es uno de los pueblitos más lindos que hemos conocido en todo México, con mucha tranquilidad, mucha naturaleza, hermosa playa y la gente muy buena. Es uno de los lugares que aún conserva su energía original.
Se puede quedarse por horas en la playa y solo escuchar las olas y gritos de los pájaros que están jugando con el mar, o salir al pueblo y de repente darse cuenta que todos te saludan, que la gente de aquí no ha perdido su esencia y su vista no se nubló con el virus del capitalismo.

Siendo un hermoso pueblito de los pescadores, la gente de aquí conoce perfectamente la triste historia de otros pueblos que antes eran como el Cuyo, entre ellos Cancún, Tulum y Playa del Carmen... no es para ofender a nadie pero sabemos, que esos lugares se convirtieron en un verdadero desastre, se vendieron y re vendieron, se invadieron de hoteles y negocios y, como secuencia, los bares, la borrachera, la delincuencia y las drogas. La naturaleza ahí fue destruida por completo, las playa se privatizaron y las pocas playas públicas que quedaron para el pueblo más parecen a un basurero y un insulto hacia el mismo pueblo. 
Entonces, la gente de aquí del Cuyo por supuesto no quiere que pase lo mismo con su pueblo.

Queremos apoyar el Cuyo y todos los pueblos originarios en esta lucha porque, sin importar religión o color de piel, todos somos hijos e hijas de la tierra, de nuestra Madre Tierra que nos invoca con la voz de toda la flora y fauna a parar esa destrucción, esa violencia sobre la naturaleza y sobre los pueblos originarios. No necesitamos más hoteles ni centros comerciales ni trenes Maya que de verdad tiene tanto que ver con los mayas como un bancario con el cultivo del maíz. Basta de inyectar el veneno del capitalismo a las venas del pueblo, basta de destruir la vida con el pretexto de elevar la economía del pueblo. Todo esto solo lleva los pueblos a la desgracia y la perdición, y los ejemplos estás en todos lados.

Pasaron 500 largos años y solo un pueblo unido puede parar esta invasión, destrucción y violación de sus raíces y de la Tierra por un oscuro y pequeño grupo de los burócratas y negociantes descarados que solo buscan lucrarse y no les importa que en una o dos generaciones ya no quedará nada que invadir porque ya se acabará todo.

Despierta, el pueblo.