David Firman. Parte 2 ¿Podemos confiar en nuestra mente y emociones? Zoom con México, Panamá y USA.

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Abordamos en esta segunda parte fragmentos del últimos capítulo de mi libro: La psicología de Dios.

“La Psicología de Dios” parece una frase contradictoria y un tanto incoherente. Sin embargo, cuando profundizamos en las Escrituras, vemos que no es así. En ella encontramos que los escritores bíblicos entendían el ser integral diseñado por Dios compuesto de espíritu, alma y cuerpo. Las evidencias bíblicas sobre cómo ellos podían diferenciar cada área del ser integral entendiéndolo como un ser inseparable son abrumadoras.

De hecho, la palabra griega traducida como “alma” en el Nuevo Testamento es la palabra “psiche”, de donde deriva la palabra psicología. Es decir que la Biblia habla de la psicología cientos de años antes de que esta exista como ciencia humana.

En estas páginas se aborda cómo el alma (la mente, la voluntad y las emociones) es parte del diseño de Dios del ser integral y cuál es el objetivo de Dios para el alma humana. Además consideraremos cómo Dios quita de la centralidad al alma. El orden define gobierno; y en el diseño del ser integral el orden de Dios es: espíritu, alma y cuerpo.

Somos perfectos. Esa es nuestra realidad en Cristo por obra de la cruz en nuestro espíritu, pero aún no lo somos en cuanto a la gestión que llevamos adelante en el alma. El alma fue diseñada para expresar esa perfección.

El espíritu no se agobia por lo temporal porque está anclado en lo eterno. Deberíamos preguntarnos permanentemente: ¿Qué gobierna mi alma?

Entenderemos que no se trata de empoderar, sanar o educar el alma, ni de conocer verdades espirituales como conceptos. La Psicología de Dios es el alma rendida al gobierno de la verdadera realidad: la realidad espiritual en Cristo.