Aproximación teológica al misterio de la muerte y al purgatorio

[Curso de escatología, sesión 06]

Aproximación teológica al misterio de la muerte y al purgatorio

La realidad de la muerte de inmediato nos confronta con nuestra ser corporal y temporal. Cuerpo y tiempo constituyen fuente de cuestionamiento y reflexión ineludible cuando se trata de la escatología personal.

Hay una realidad psicológica que vincula estrechamente cuerpo y tiempo: es la IMAGINACIÓN. Lo que imaginamos siempre tiene una extensión y una duración y por eso participa de lo corporal y lo temporal. Pero la imaginación tiene todas las limitaciones de lo concreto y por eso es una herramienta muy deficiente para referirse a la eternidad. Si la muerte es paso del tiempo a la eternidad, la imaginación se queda corta para aproximarse al término de llegada.

El CUERPO, por su parte, es una realidad más compleja de lo que usualmente pensamos, como se nota en las siguientes cuestiones:
(1) ¿Dónde termina exactamente, o sea, qué incluye? Tenemos trillones de bacterias, células no humanas, que conviven con nosotros. ¿Somos también ellas?

(2) Nuestras células se renuevan sin cesar. ¿Qué es permanente en nosotros, para que pueda ser llamado cuerpo nuestro?

(3) Nuestros pensamientos y nuestros hábitos re-diseñan nuestro cerebro sin cesar. ¿Qué somos dentro de todos esos diseños? ¿Sólo el último?

Por otra parte no somos solamente "cuerpo." Hay operaciones de conocimiento que superan la imaginación y nos llevan propiamente a las ideas. La imaginación, en cuanto procesamiento de lo concreto estimúlico, es algo que compartimos con plantas, animales y computadores, pero las ideas son propias de la inteligencia, estrictamente hablando. Por la inteligencia accedemos a las esencias de las cosas.

Uno ve que es necesaria plantear las cuestiones escatológicas no a nivel de imaginación sino a nivel de ideas. No a nivel de las destrezas propias de lo imaginativo sino a nivel de las preguntas propias de lo propiamente racional, según lo enseñado por Lonergan sobre las dos preguntas propias del conocer humano: ¿Qué es esto? ¿De verdad es así?

En cuanto al TIEMPO, conviene hacer un par de aclaraciones tomdas de la teoría de la relatividad de Einstein:

(1) Ningún marco de referencia es universal ni privilegiado.

(2) Las secuencias causales observadas en un marco de referencia conservan su orden, y con ello, se conservan nociones como la responsabilidad personal.

Pero por otro lado, desde antiguo sabemos de la existencia de un tiempo "objetivo" o "exterior" y otro "subjetivo" o "interior." Es importante subrayar que el estudio filosófico y teológico de la muerte es complejo pero sólo realmente fecundo si considera el aspecto subjetivo.

Morir implica dejar atrás la maraña del tiempo subjetivo, lo cual supone un encuentro con la verdad profunda del propio ser, y una especie de certeza de haber hecho lo que se debía. Sin esa certeza cabe pensar que la persona queda atrapada en el tiempo subjetivo, incapaz de redimirse o cambiar su propia situación. Tal es el purgatorio.

Fuente:
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