INVAP, empresa de la provincia de Río Negro que desarrolla tecnología de avanzada para diferentes campos de la industria, la ciencia y la investigación aplicada, registró un crecimiento inédito en la última década: multiplicó por seis su facturación y por cuatro la cantidad de empleados.
“Esto se produjo debido a la gran inversión en ciencia y tecnología realizada en la Argentina”, aseguró Juan Pablo Ordoñez, gerente de Proyectos Nucleares de INVAP en una entrevista con Télam en San Carlos de Bariloche, donde la empresa tiene su sede, un moderno predio de 9.300 metros cuadrados.
“En muchos rubros, Invap funciona como la empresa en la cual el Estado nacional confía el desarrollo tecnológico, sobre todo en cuestiones estratégicas”, señaló, por su parte, Hugo Brendstrup, gerente de Tecnologías Industriales y de Energías Alternativas, para graficar la ruptura del modelo neoliberal a partir de 2003.
INVAP fue creada hace casi 40 años mediante un convenio entre el gobierno de la provincia de Río Negro y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), naciendo como un proyecto de egresados del Instituto Balseiro, de Bariloche.
Comenzó en el área nuclear y a fines de la década de 1990 sumó las áreas Aeroespacial y Gobierno, Industrial y Energías Alternativas y Sistemas Médicos.
INVAP tomó mayor notoriedad en los últimos tiempos por convertirse en uno de los ocho fabricantes de satélites de comunicaciones del mundo (ARSAT-1, 2 y 3), pero también desarrolla desde reactores nucleares de última generación, satélites de observación de la tierra, radares para el control del tránsito aéreo, hasta el sistema de Televisión Digital Terrestre en nuestro país.
El último ejercicio de INVAP arrojó una facturación de 1.485 millones de pesos y utilidades por 87 millones de pesos, las que serán reinvertidas en la compañía.
Además de la importante facturación anual, la empresa cuenta con una notable cartera de contratos firmados y pendientes de ejecución, por aproximadamente 4.250 millones de pesos.
Asimismo, en la compañía trabajan alrededor de 1.145 personas en relación, de los cuales el 85 por ciento está compuesto por profesionales y técnicos.
Sobre el área nuclear, Ordoñez describió que “nuestra especialidad son los reactores de investigación, pero también trabajamos en centrales nucleares” y mencionó como ejemplos “la prolongación de vida de Embalse y de Atucha I” y en “la terminación de Atucha II”.
“Hemos tenido un crecimiento de alrededor de un 40 por ciento en este último año basado en los contratos nuevos que firmamos en Argentina para la CNEA y en Brasil, Argelia y Arabia (ingeniería básica y detalle y construcción de reactores)”, detalló.
Del área nuclear, INVAP se diversificó a la espacial, donde empezó con satélites científicos y luego continuó con satélites de comunicaciones.
“A partir de un acuerdo que hizo la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) con su par de Estados Unidos (NASA) se generó un programa conjunto para el desarrollo de satélites de observación de la tierra”, recordó Vicente Campenni, subgerente de la empresa, sobre los inicios del área.
De lo aprendido en las áreas nuclear y satelital, la compañía expandió su producción a radares, primero, de control de tráfico aéreo, y luego, meteorológicos y de uso militar.
En cuanto a los primeros, Campenni explicó que “en 2005 la Argentina contaba con 5 radares secundarios cubriendo una fracción pequeña del país” y “hoy estamos a punto de entregar el último de los 22, que permiten una cobertura total de la Argentina”.
"De los radares secundarios añadió pasamos a los radares primarios, que tienen la función de detectar cualquier tipo de vuelo, no solamente los comerciales. Hoy ya estamos entregando los primeros radares primarios que se están usando para el control de la frontera norte".
Brendstrup explicó que "las energías renovables, particularmente la eólica, tienen un potencial muy importante" porque "nuestra matriz energética está necesitando de este tipo de energía para reducir la dependencia del combustible fósil”.
“Otras actividades, que están afianzadas y van creciendo, continuó Brendstrup tienen que ver con petróleo y gas, que requieren de mucha tecnología e inversión. Notamos aquí que hay una demanda insatisfecha en trabajo de ingeniería, de análisis de fallas, soporte y desarrollo de equipos especiales”.
Por último mencionó “el plan de acceso al espacio de la CONAE Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que prevé desarrollar un centro espacial en Puerto Belgrano, Bahía Blanca” y adelantó que “tenemos dos contratos para desarrollar una plataforma de lanzamiento de satélites y un centro de ensayo de motores y componentes para los lanzadores de satélites”.
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