Los moabitas, un pueblo que surgió de Moab, hijo de Lot, eran parientes cercanos de los israelitas y tuvieron una historia enrevesada de relaciones con ellos. A veces lograron coexistir amistosamente, pero en muchas otras ocasiones se convirtieron en enemigos acérrimos. A continuación, exploraremos su historia y cómo los moabitas impactaron a los israelitas y a la región en general.
Moab, el progenitor de los moabitas, fue producto de una relación incestuosa entre Lot y su hija mayor. Lot también fue padre de Ben-ammi, ancestro de los amonitas, a través de otra relación incestuosa con su hija menor. Este comportamiento inmoral en la familia de Lot se reflejó más tarde en la inmoralidad que ocurrió entre los hijos de Israel y las hijas de Moab, como se relata en Números capítulo Veinticinco..
El significado del nombre "Moabe" no está claro. Algunos estudiosos sugieren que podría significar "del padre mío", en referencia a cómo fue concebido Moab. Sin embargo, no hay evidencia definitiva para respaldar esta interpretación. En el Génesis capítulo diecinueve y en otros lugares de la Biblia, el nombre Moab se refiere al territorio y al pueblo de Moab, es decir, los moabitas.
La tierra de Moab se encontraba en un altiplano al este del Mar Muerto, a una altitud de aproximadamente mil metros sobre el nivel del mar. Esta región era propicia para la agricultura, especialmente para el cultivo de cereales y uvas. La cría de ovejas también era una actividad económica importante. El tamaño del territorio de Moab variaba a lo largo del tiempo, pero generalmente su frontera sur se encontraba en el valle de Zered, y la frontera norte se extendía desde el río Arnon hasta un límite incierto más al norte.
La región de Moab probablemente estuvo habitada desde tiempos antiguos, y los descendientes de Moab se establecieron allí, mezclándose con la población local a través del matrimonio. Con el tiempo, se convirtieron en el pueblo dominante de la región, y su nombre se utilizó para designar tanto a la población como al territorio. Moab se convirtió en un reino bien organizado, con una economía estructurada y grandes construcciones. Pequeñas fortalezas se ubicaban en puntos estratégicos de sus fronteras, y la Biblia menciona varias aldeas y ciudades en la región.
Durante mucho tiempo, los moabitas experimentaron cierta prosperidad. Conquistaron varios territorios, extendiéndose hacia el norte. En la Biblia, los moabitas también están asociados estrechamente con los amonitas, sus parientes más cercanos. Cuando los israelitas salieron de Egipto, los moabitas ya eran considerados un pueblo poderoso, como lo menciona Éxodo capítulo quince, versículo quince.
Los moabitas practicaban una religión que se asemejaba al paganismo cananeo. Celebraban rituales impuros vinculados a la naturaleza y la fertilidad y adoraban a Astoret, la diosa de la fertilidad. Entre las divinidades que veneraban, la principal era Chemosh, el dios de la guerra, a quien ofrecían sacrificios de ovejas y bueyes, así como sacrificios humanos.
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