Pato silvestre - Fauna y naturaleza en 4K

El Pato Silvestre, es el más popular de todos los patos, conocido también por pato cabeza verde o pato de collar. Es una especie de ave anseriforme de la familia Anatidae, extendida por todo el hemisferio norte en zonas templadas de América del norte, Europa, Asia y el norte de África. Al ser un ave migratoria frecuenta también Centroamérica y el Caribe, e incluso Australia y Nueva Zelanda.
Se encuentra en humerales de agua dulce y salada, lagos, lagunas, ríos, pantanos, desembocaduras cerca de la costa, adaptándose a parques y zonas urbanas de aguas poco profundas, como animal esquivo, desconfiado y un poco torpe, ya que tropieza habitualmente, soliendo formar parte de grandes bandadas fuera de la época de cría, favoreciéndole los cambios realizados por el hombre en el medio ambiente.
Durante el día se reúne en grupos para descansar y por la noche va en busca de comederos, alimentándose habitualmente en la superficie del agua, sumergiéndose medio cuerpo, y en las orillas ingiriendo gran variedad de semillas, vegetales, raíces y tubérculos, o animales invertebrados, como caracoles, crustáceos, gusanos e insectos, incluso pequeñas ranas.
El macho presenta un plumaje llamativo en cabeza y cuello de color verde oscuro brillante, con una franja blanca en forma de collar. Su pecho es castaño con tonalidades purpura y el resto de su cuerpo grisáceo con tonos más oscuro en la parte superior, menos el obispillo y las plumas del centro de la cola, de color negro y onduladas hacia arriba, y las de los lados de la cola y el espejuelo de las alas, blanco.
El pato hembra tiene un plumaje más apagado, de tonos pardos veteados, de colores crema y oscuros. Su cabeza, de tonos crema, tiene una franja alrededor de los ojos y un píleo oscuro.
El pico del macho es amarillo con la punta negra, y el de la hembra más oscuro, naranja o pardo. Tanto el macho como la hembra tienen patas naranjas y en sus plumas secundarias tienen espejuelo de color azul, que según el ángulo de visión puede parecer morado, con borde interior negro y exterior blanco.
Poseen tres parpados en cada ojo y cuando se despiertan tardan seis horas en abrirlos al completo. Los machos tienen un graznido nasal agudo y suave, pero el de las hembras es más grave y fuerte. Durante el vuelo emiten un ronquido o chiflido.
En el otoño comienzan los rituales del cortejo y la selección del nido. El macho engalana sus plumas para atraer a la hembra, que seleccionara al macho que más compita para garantizar la genética de sus crías. Se aparearán entre 5 y 10 veces al día, durante una o dos semanas, ya que la mayor parte de los intentos no finalizarán en fecundación.
Luego el macho buscará un lugar oculto al resguardo de depredadores y la hembra hará el nido con hojas, pasto seco y su propio plumaje, mientras el macho se dedicará de alejar otros patos del lugar, acompañándola hasta que ponga los huevos al principio de la primavera.
Al acercarse el tiempo de cría, los machos mudan su plumaje con tonos similares a las hembras y ambos sexos pierden las plumas de vuelo y el espejuelo durante un mes, tras finalizar la muda.
En el periodo de anidamiento las hembras suelen perder más de la mitad de su peso en la puesta de los 5 a 12 huevos. La incubación dura unos 28 días hasta su eclosión, cuidando después sola a sus polluelos.
Los patitos se desarrollan rápidamente siendo capaces de nadar y alimentarse por sí solos desde el primer día. Nacen cubiertos de plumón amarillo y pardo, con tonalidades negras en la parte superior moteadas de amarillo, y pico y patas oscuras.
Al mudar la primera plumada, su plumaje tiene tonos pardos, parecidos a las hembras, aclarándose el pico y las patas. Su intuición para poder sobrevivir les hace no separarse de su madre durante los dos primeros meses hasta finalizar el emplumado. Al tercer mes, desarrollan su musculatura, comenzando a volar primero con un vuelo circular alrededor de su zona acuática y más tarde a tierras más cálidas para pasar el invierno.
Su madurez sexual llega entre los 6 y 10 meses, cuando los machos cambian su plumaje con los colores del pato adulto, teniendo una esperanza de vida de unos tres años.
La especie salvaje del pato silvestre dio lugar al pato doméstico, para el aprovechamiento de su carne. En Nueva Zelanda y Sudáfrica los patos silvestres son considerados como especie invasora, ya que proliferan con la expansión urbana, mezclándose con parientes locales de especies diferentes. Por lo que el pato silvestre real, antecesor del doméstico, suele contaminarse por la mezcla de patos domésticos con patos asilvestrados.