ISOLINA CARRILLO entrevista. La Habana 1995.

Описание к видео ISOLINA CARRILLO entrevista. La Habana 1995.

ISOLINA CARRILLO Y EL MOMENTO MÁS RIDÍCULO DE MI VIDA


Tuvo lugar en La Habana.

Asistí a un homenaje en honor a Isolina Carrillo, pianista y autora de "Dos gardenias", una canción que yo escuché infinidad de veces desde mi más tierna infancia. 

Los organizadores me invitaron a improvisar unas palabras. Al parecer habían oído hablar de "Horizontes de niebla", el bolero escrito por Carlos Berlanga y por mí, al que puso voz Omara Portuondo.

Me acompañaron al escenario: "Por aquí, maestro".

¿Maestro yo? ¿maestro de qué? pensé ruborizado.

Pues bien, salí al escenario y me pasé un buen rato hablando del famoso bolero ¡¡¡ "Dos orquideas" !!!

"Quién no conoce Dos orquideas, una canción imperecedera, que en España popularizó Antonio Machín, un cubano migrante casi desconocido aquí en la Isla, según me han dicho. Machín fue un cantante exótico, carismático. El más representativo de aquella España de los años 40 devastada tras una cruenta guerra civil. Quizá el bolero Dos orquideas fue... bla bla bla..."

Nadie me susurró: ¡son Dos gardenias, panoli!
400 personas mudas.

No hubo un mal trago de ron al que echar la culpa.
Creo que me, simplemente, me intimidó hablar ante un público tan numeroso.

Volví a mi asiento.

Miré dubitativo al amigo cubano que me acompañó, en cuya casa me alojaba.

- "Oye Giraldo ¿he dicho Dos orquideas alguna vez?", le pregunté.

- "¿Alguna vez? 10 veces por lo menos, maricón", replicó en voz muy baja.

Para más inri la propia Isolina, estaba allí, pimpante, a sus ochenta y ocho años: negra, menudita, risueña.

Me disculpé con ella por el patinazo floral.

"No tiene importancia, mijo, qué bobería. Además me encantan las orquideas", zanjó la entrañable compositora, que fue maestra de Celia Cruz y Olga Guillot en su día.

Hicimos buenas migas: concertamos una entrevista, comimos juntos varios días...
Isolina me contó una historia ocurrida en Venezuela.

"Cada tarde una pareja de enamorados acudía a un café. Tomaban una copita, charlaban. A veces también bailaban muy juntos al ritmo de Dos gardenías, que sonaba en una vieja vitrola de monedas.
La mujer decidió acabar la relación tiempo después. Nadie supo la razón. El hombre no consiguió superar aquella ruptura. Seguía yendo al mismo café día tras día.
Solo, desesperado, reproducía obsesivamente Dos gardenias en la vitrola.
Un día mientras sonaba el bolero sacó un revolver y se descerrajó un tiro en el pecho. Murió en el acto mientras la canción seguía sonando".

"Así me lo contaron y así te lo cuento yo", apuntó la compositora.



Isolina vivía en la planta decimocuarta de un edificio del Vedado. Los ascensores siempre estaban averiados y no había piezas de repuesto para su reparación.
Isolina bajaba y subía andando los 14 pisos cada día, a sus 88 años.

"Ni muerta me quedo encerrada en casa. Así sean 14 pisos o 200. Voy poco a poco, pero voy".

Cada día el gobierno cubano ponía a disposición de Isolina un automóvil con chófer para facilitar sus desplazamientos por La Habana.
Sorprendente contraste.

Antes de regresar a España mandé un ramo de flores a la compositora.
No contenía gardenias, y mucho menos orquideas.

Комментарии

Информация по комментариям в разработке