La cocaína proviene de las hojas de la planta de coca, que crece en las montañas de los Andes en América del Sur. Durante miles de años, muchos indígenas de esta región masticaban hojas de coca y preparaban té de coca para sentir una sensación estimulante. Este uso tradicional continúa en la actualidad.
En la decada de 1850, científicos aislaron la cocaína de las hojas de coca. Hasta principios del siglo XX (veinte), la cocaína se encontraba en muchísimos medicamentos para tratar una variedad de dolencias y era un ingrediente en los tónicos para la salud de la época, incluida la Coca-Cola.
Hoy en día, la mayoría de las personas que usan cocaína la inhalan por la nariz, aunque también se puede inyectar o fumar. La aparición del crack o la piedra en la década de 1980 provocó exageraciones en los medios de comunicación, sanciones penales más severas y un nuevo pánico por las drogas, a pesar de que el “crack” es solo un derivado de la cocaína en polvo.
Químicamente, el crack y la cocaína en polvo son la misma droga. El uso de la cocaína, al igual que otras drogas estimulantes, aumenta la energía y mejora el estado de ánimo y, frecuentemente, provoca el deseo de consumir más.
El consumo de cocaína en cantidades elevadas o por tiempos prolongados pueden disminuir el apetito y causar pérdida de peso, aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco, y también puede tener un impacto negativo en la salud mental y aumentar otros riesgos de salud. Se recomienda a cualquier persona que usa drogas estimulantes como la cocaína que tome los siguientes cuidados: use con moderación; no las mezcle con otras drogas, incluido el alcohol; y mantenerse hidratado.
Ademas, evite compartir equipos de uso como jeringas, pipas, popotes u otros materiales asi para reducir el riesgo de enfermedades infecciosas. Finalmente, intente siempre testear las drogas que vaya usar, ya que muchas personas han muerto al usar alguna droga que fue adulterada o mezclada con otras sustancias como el fentanilo.
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Cocaine comes from the leaves of the coca plant, which grows in the Andes Mountains in South America. For thousands of years, many indigenous people in this region have chewed coca leaves and brewed coca tea to produce a mild, stimulating feeling. This traditional use continues today.
Scientists isolated cocaine from coca leaves in the 1850s. Until the start of the 20th century, this new “wonder drug” could be found in countless medicines to treat a variety of ailments and it was an ingredient in many of the popular health tonics of the day, including Coca-Cola.
Most users sniff or snort cocaine, although it can be injected or smoked.
The emergence of crack cocaine in the 1980s led to media exaggerations, harsher criminal penalties, and a new drug panic in the 1980s, even though “crack” is just a smoke-able derivative of powder cocaine.
Chemically, crack cocaine and powder cocaine are the same drug. Using cocaine, like other stimulant drugs, increases energy and boosts mood, and often leads to a desire to use more.
Increased or prolonged use of cocaine can decrease appetite and cause weight loss, increase blood pressure and heart rate, negatively impact mental health and increase other health risks. Anyone taking stimulant drugs is advised to be careful to moderate use, don’t mix with other drugs, including alcohol, and stay hydrated.
Avoiding the sharing of equipment such as needles, straws, pipes, or other utensils also helps to reduce the risk of infectious diseases.
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