Hijo Mio, Esto es una Emergencia, Necesito que me Escuches

Hija mía, ven y escucha mis palabras. Te he observado durante tu arduo camino a través de las tormentas de la vida, golpeadas implacablemente sin romper aún los grilletes de tu pasado. Los años han sido difíciles, las heridas profundas y las lesiones persistentes te han dado una imagen errónea de ti misma. Pero tienes que saber que tu verdadera identidad no está en eso. No está en la dificultad o el dolor, sino en mi amor y en tu destino a la gloria desde el primer aliento de tu existencia.

Desde tu primer aliento, tus planes están llenos de promesa y propósito. Hija mía, debes saber que tu verdadera identidad no está definida por lo que te ha ocurrido. Eres lo que yo digo que eres: una preciosa joya valiosa y apreciada, mi amada y rescatada. Ven ahora y deshazte de las cadenas que te han atado durante tanto tiempo. Déjate atrás los harapos de la indignidad y ponte las ropas de mi justicia. La época de dolor y pobreza ha terminado y tu herencia espera. Recuerda que tal como te prometí, las cenizas se convierten en belleza. Tu dolor dará paso a la alegría. Los enemigos de tu pasado no podrán seguirte hasta donde te llevaré. Sus planes y susurros no encontrarán asidero en el destino que te he preparado.

¿Creían que te derrumbarías y desaparecerías en silencio después de todo lo que te han hecho? ¡Cuán equivocados estaban! Mi poder infunde a quienes en mí confían. Yo restauro a los caídos y en vivo a los débiles de corazón. Tú, mi amada, terminarás tu camino más fuerte y valiente que cuando comenzaste. Levanta tus ojos al horizonte. Brilla con la primera luz del amanecer. La noche puede haberse prolongado, pero la alegría llega en la mañana. Yo estoy haciendo cosas nuevas, incluso en este momento. Las primeras batallas que has enfrentado se han terminado y has superado la prueba. Tu recompensa te espera, así que alegría, porque los erráticos viajes por el desierto están llegando a su fin. Te conduzco fuera del polvo del desierto y a la tierra que fluye con leche y miel. Los páramos de tu pasado pronto no serán más que un recuerdo lejano, un sueño que se desvanece al despertar a una abundancia.

La vida que te he preparado y la restauración que te espera significa que nunca más vivirás en la carencia ni te atormentarás por la escasez. Abre bien tus manos, pues las estoy llenando con una prosperidad que te perseguirá hasta que suplantes todas tus necesidades y deudas. Recursos multiplicados, abundantes, según mi glorioso tesoro. La semilla que has sembrado entre lágrimas cosechará una abundante cosecha inagotable de alegría. Hija amado, ha llegado tu día de recompensa! El favor y la justicia florecen donde antes había desesperación. La misericordia vencerá al juicio y la belleza florecerá sobre las cenizas. Ninguna arma forjada contra ti prosperará.