Dante Gebel

Amar a Dios con la mitad de la mente es tan trágico como amarlo con la mitad del corazón. Necesitamos involucrar el cerebro cuando amamos al Señor, porque cuanto más conozcamos de Él, más lo amaremos y más buscaremos seguir aprendiendo. El aprendizaje no es un lujo, es una mayordomía, porque hoy por hoy nuestra sociedad necesita más innovadores y menos comentaristas, más creadores y menos críticos; menos imitadores y más soñadores. Necesitamos seguidores de Cristo que amen a Dios con toda su mente, que moldeen las culturas de las aulas, los noticieros, las salas de programación; profesionales con mente ensanchada, que compongan canciones, hagan películas, redacten leyes, y planten compañías basados en Sus enseñanzas… Necesitamos gente dispuesta a marcar la diferencia!