PRUEBA KAWASAKI J 300

Con una extensa oferta de scooters en el mercado, era muy importante que el primer scooter de Kawasaki destacara sobre el resto. De ahí su forma afilada que le otorga un diseño agresivo basado en modelos como la Ninja. Una deportividad que destaca sobre todo en la versión Special Edition que tenéis en pantalla.
Tanto los intermitentes delanteros como los traseros están integrados dentro del carenado. Las palancas de freno son ajustables para que cada usuario las pueda personalizar a su gusto. Equipa una guantera a prueba de lluvia para albergar pequeños objetos e incluye la posibilidad de montar una toma de corriente de 12v.
El diseño de la instrumentación aporta una imagen de gran calidad. Alberga un velocímetro y un cuenta revoluciones analógicos y una pantalla LCD multifunción. 
La forma afilada de la parte trasera del J300 evoca una inconfundible apariencia Kawasaki, muy similar a la de las Z. 
Un motor diseñado para una conducción diaria por ciudad y a la vez con suficientes prestaciones para disfrutar de una conducción deportiva. Su potencia es más que suficiente para poder circular con carga y dos personas manteniendo las mismas prestaciones de aceleración.  La versión Special Edition cuenta con ABS de serie. Como no podía ser de otra manera en un modelo Kawasaki, el J300 equipa disco lobulado asegurando así un frenada de altas prestaciones.  Los ajustes de las suspensiones han sido especialmente trabajados para encontrar el equilibrio perfecto entre comodidad y tacto deportivo.

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