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Sara García se casó muchas veces en el cine; sus papeles de madre y esposa, la volvieron un símbolo del núcleo familiar mexicano; pero estaba muy lejos de serlo. La actriz vivió prácticamente marginada para guardar las apariencias de una sociedad conservadora que nunca entendió lo que es amar sin importar el género.
copyright. Colocar fotos en zoom lento y acompañarla con esta canción, dándole un aire de suspenso
Inconfundible por su cabello canoso, sus lentes y el peinado siempre idéntico, Sara García, se convirtió en la tradicional abuelita de todos. Su personaje era el arquetipo perfecto de la época: dulce, sumisa, incondicional, sufrida y muy madre.
Si bien fue un símbolo de la época de oro del cine nacional, nunca se conformó con la imagen que la vida le impuso. Esta mujer fue más allá de su personaje y dio cuerpo y voz a las diferentes formas del ser femenino.
Pero, Sara García es mucho más compleja, humana e interesante que todos sus personajes juntos. Su vida estuvo plagada de la tragedia mucho antes de su nacimiento y durante ella también, puso en su sitio a Pedro Infante cuando este ya era un divo, amo sin importar el género y endulzó la infancia de muchos…. ¡ah! dicen que por cuenta propia se fracturó una rodilla y hasta se quitó 14 dientes para hacer más real el papel de abuela, ¿mito o verdad?
Así como lo escuchan, este es el primer mito que se rompe en torno a la ‘abuelita del cine de oro’. La actriz Ana Martin que compartió rodaje en 6 películas confirmó que sí se sacó la dentadura, pero no porque lo requería el personaje sino por una infección. ¡Vaya! que hay muchas historias rondándola.
Sí, mucho se ha dicho de ti. Sara García Hidalgo nació en 1895 en Veracruz, México debido al trabajo de su padre Isidoro García Ruiz, como escultor en la restauración de la catedral de Monterrey. Y es que tanto él como su esposa, Felipa Hidalgo Rodríguez, eran de origen español.
¿Recuerdas el comentario sobre la tragedia que la rodeaba antes de su nacimiento?, Sara fue la única hija sobreviviente, pues sus 10 primeros hermanos fallecieron prematuramente, por eso, su madre tenía tanto miedo de amamantarla que la entregó a la señora Gonzales, quien también tenía a su hija recién nacida llamada Rosario. Ella fungió de nodriza y las convirtió en hermanas de leche, pero ¿qué relevancia hay en esto? , más adelante te contaremos el papel de Rosario en su vida.
Sara creció en un hogar armonioso. Su padre era amante del teatro, por lo que desde pequeña conoció la industria del entretenimiento.
Sin embargo, un hecho desmoronó la tranquilidad en la que vivían. El puente que separaba su escuela del pueblo se derrumbó debido a una tormenta. La incertidumbre destrozó tanto a don Isidoro que le provocó un derrame cerebral.
Buscando una cura para su esposo, doña Felipa junto a Sara viajan a México y lo internan en la beneficencia de la ciudad. Lamentablemente, no soportó los tratamientos y en 1900 falleció. Aun así, ambas se quedaron en el país, Sara comenzó a asistir a la escuela y todo iba bien hasta que una fiebre tifoidea, 5 años después, se llevó a su madre.
La enfermedad también alcanzó a Sara, pero como era joven se pudo recuperar; no obstante, su madre presagió que no lo lograría y le pidió a la directora del plantel que la firmara como su tutora. Fue así como la pequeña quedó a su cuidado y aprendió la puesta de obras teatrales.
Y sí. Sara pedía permiso a su tutora para dar clases particulares a las que no iba, por estar viendo filmaciones que se realizaban cerca de la institución. Tanta era su curiosidad que el director de la compañía la puso como ‘extra’.
Ese fue el momento de su debut como actriz en 1917 con la película muda “En defensa propia”.
El cine mudo la llevó al teatro y con ello una gira por centro y Sudamérica. A los 23 años, ya responsable completamente de su vida se casa con el joven actor, Fernando Ibáñez y tienen juntos a su única hija María Fernanda, que también siguió sus pasos.
Antes de esta película, María Fernanda había participado como extra en dos films y “No basta ser madre”, junto a su mamá Sara García; sin embargo, “La madrina del diablo” de 1937 marcaría su primer y único papel protagónico junto a Jorge Negrete y, ¿sabías que el cantante fuera de escena se propuso conquistarla?
Sara García no veía con buenos ojos ese cortejo, pues su hija tenía 17 años y él 26. Finalmente, María Fernanda se casó en 1938 con el ingeniero Mariano Velasco y, tristemente, de la misma forma que su abuela, ella falleció de fiebre tifoidea en 1940. Sí, solo dos años después de contraer matrimonio, no le dejó nietos y la noticia se la dieron en plena obra, ¿sabes lo que hizo Sara? interrumpió la escena, lo comunicó y continuó hasta cerrar el telón. Un profesionalismo a flor de piel.
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