Desde el estadio comenzó la marea verde que se extendió a todo el territorio antioqueño

La fiesta de los hinchas se prolongó hasta el amanecer. Muchos pidieron su día de descanso, otros se dieron el día cívico, algunos más no se preocuparon por su ocupaciones de hoy y se decidieron a festejar sin pensar en nada más.

Si adentro en el Atanasio era un hervidero, en las afueras en Obelisco el panorama no era distinto. Muchos hinchas que no pudieron conseguir la boleta para estar en las graderías prefirieron estar cerca del máximo coliseo para vibrar con la finalísima.

Desde el estadio comenzó la marea verde que se extendió a todo el territorio antioqueño.

El comportamiento de los hinchas era ejemplar. Los reportes que llegaban desde los barrios y los distintos puntos de concentración para ver el partido era solo de fiesta.

Pero no falta el lunar y tristemente la nota fea la puso el Esmad, pues cientos de hinchas que se quedaron hasta altas horas de la madrugada para ver la salida del equipo en el bus, sufrieron con el abuso de autoridad y fueron repelidos con gases lacrimógenos que ocasionaron estampidas y desmanes.


Siempre en los títulos alcanzados por los equipos antioqueños hemos logrado imágenes de los hinchas tratando de tocar o ver a sus ídolos luego de lograr esta clase de gestas.

Lamentable eso sí que la autoridad por tratar de imponer orden sea le primero en ocasionar desordenes.


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