MINJA LA PLEGARIA DE LA TARDE

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Ahí afuera, el mundo está frenético, y no es conveniente que uno lo enfrente solo. Por eso, lo primero que haces a la mañana es hablar con El Jefe. A la noche, pásale un informe otra vez. Y en el medio, mientras el tránsito aún está hecho una locura, los teléfonos no te dejan en paz, los chicos te tiran de cada una de las mangas para que les prestes atención, y la adrenalina te sube por cada una de las venas, está la Minjá, para que puedas calmarte y conectarte con Él.

Hace falta coraje para decirle al mundo que se detenga mientras tú hablas con su Hacedor. Y eso es precisamente lo que hace que esto sea tan poderoso. Cuentan que el Profeta Elías obtuvo respuesta únicamente cuando oró la plegaria de Minjá, porque esa es la plegaria para la que hacemos más sacrificios.

La costumbre de rezar a la tarde la heredamos de Isaac, el segundo de los patriarcas. También sirve como substituto del sacrificio y el incienso que se ofrendaban todas las tardes en el Templo Sagrado en representación del pueblo.

¿Cuándo?

A partir de aproximadamente media hora después del mediodía y hasta la puesta del sol. ¿Se te venció el plazo? Aún puedes orar Minjá hasta el anochecer. Cliquea aquí para obtener las horas exactas.

Con un minián (grupo de plegaria) vas a necesitar aproximadamente 15 minutos. Si lo haces por tu cuenta, más o menos la mitad de tiempo.

¿Dónde?

Últimamente, uno se encuentra con minianim de Minjá en muchos sitios: en las sinagogas, en las oficinas, en las entradas de las tiendas, en los restaurantes, en el lobby del aeropuerto. ¿No consigues reunir a diez hombres? Entonces, dale la cara a Jerusalem, dondequiera que estés, incluso al lado de la pileta de la cocina o junto al sofá del living, y que por esta vez sea una reunión privada.

¿Cómo?

Lávate las manos y abre tu libro de rezos/Blackberry/Palm Pilot/iPhone o simplemente tu memoria.

La Minjá comienza con pasajes relacionados con el servicio diario de la tarde del Templo Sagrado, pasando por Ashrei (Salmo 145) y luego con la amidá de diecinueve bendiciones (la plegaria silenciosa) que se dice de pie mientras uno le da la cara a Jerusalem y concluye con breves plegarias de arrepentimiento (que se omiten en los días de fiesta y en ciertas ocasiones festivas) y con el himno llamado "Aleinu".

Cuando hay presentes diez hombres, se recita el kadish, y el líder repite la amidá en voz alta mientras el resto responde "Amén".

En los días especiales (como por ejemplo, el Shabat y las fiestas) se hacen cambios especiales. A veces se lee la Torá. A veces se añaden ciertas plegarias.

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