¿Qué es el hombre? Teología de la gracia. Juan Luis Lorda. Universidad de Navarra

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¿Qué es el hombre? Lecciones de antropología filosófica y teológica.
Digitalizadas en 2009 a partir del original analógico, grabadas en 2000.
10ª lección: Teología de la gracia
Juan Luis Lorda. Profesor Ordinario de Teología sistemática y Antropología teológica, Facultad de Teología, Universidad de Navarra.

Contenido:
Tema muy amplio, esta exposición se reducirá a lo básico.
Palabra que aparece en los Hechos de los Apóstoles en un sentido similar al actual: dones y beneficios de Dios. San Pablo la usa más de 100 veces.
Gracias: todos los dones gratuitos de la salvación.
La palabra griega: don gratuito de la autoridad.
Se toma este término para aplicarlo a los dones de la salvación: el misterio de Cristo, el perdón de Dios y otros dones de Dios.
Esta polisemia hace que la palabra gracia signifique cosas distintas en las tradiciones protestante, oriental y occidental.
Protestante: el perdón de Dios.
Orientales: la fuerza que viene de Dios.
Occidentales: huella interior, la gracia santificante.
Las tradiciones católica y ortodoxa son compatibles. La protestante, sólo en la medida que no niegue el efecto interior que causa el Espíritu Santo.

En los evangelios no se emplea tanto la palabra gracia, pero sí aparecen mucho los dones de Dios.
Episodio de la samaritana, predicación de la fiesta de los Tabernáculos, ambos con referencia al don del Espíritu Santo.
El don del Espíritu Santo se hace pleno en Pentecostés, y constituye la Iglesia; es la parte invisible de la Iglesia.
Lo recibe la Iglesia y cada cristiano; en éste, es el don de Dios.
Una vez que Dios nos perdona, nos da el Espíritu Santo que nos santifica.
Ese don le identifica con Cristo, le une a la Iglesia, cuerpo de Cristo, le da un principio de una vida nueva, es prenda de resurrección y nos permite llamar Padre a Dios.
El Espíritu Santo es la gracia increada. El don, por ser recibido, se llama creado (pero no es algo hecho, es participación de Dios mismo).

Desarrollo de la divinización en la teología patrística.
En la teología ortodoxa eso cristaliza en la idea de una participación de Dios, una energía divina, que nos diviniza.
Hemos recibido de Dios el don del Espíritu Santo, Señor y dador de vida, espíritu santificador que nos santifica.

En la teología católica occidental se desarrolla de otro modo.
San Agustín y la controversia con Pelagio.
San Agustín se da cuenta de que Pelagio era demasiado naturalista: pedía que el cristiano luchase, se esforzase, pero sin tener en cuenta el don de Dios.
Pelagio sólo considera don de Dios nuestra naturaleza.
San Agustín: debemos orar para no pecar; Dios debe rectificar nuestra voluntad, torcida por el pecado. El Espíritu Santo inspira el gusto por el bien referente a la salvación.
Esta idea dará origen a la de gracia actual: ayuda de Dios al obrar humano en forma de inspiraciones y mociones. Ayuda a empezar, proseguir y acabar los actos.

Santo Tomás resume y sistematiza esta doctrina escolástica de la gracia y la relaciona con las categorías aristotélicas.
Su planteamiento le permite sistematizar la doctrina de las virtudes, y también la de la gracia.
¿Qué es la gracia? (Summa Theologiae, I-II, q. 110).
Si pone algo en el alma. El amor de Dios da el ser; pero además hay un amor especial de Dios que da una participación en la vida divina. Del mismo modo que el amor creador da el ser, ese amor especial da la gracia.
Si es una cualidad. La gracia no es una cosa, es una cualidad, condición o elevación.
Si es una virtud. Las virtudes son cualidades operativas. Si hay un obrar sobrenatural, que viene dado por la gracia, la gracia es una virtud sobrenatural. La gracia es una elevación de la naturaleza que permite el nuevo obrar de las virtudes sobrenaturales.
Si está en la esencia del alma. Sí, pues es un nuevo modo de ser, partícipe de la naturaleza divina, que permite un obrar de un nuevo modo.

Resumen de la exposición:
La gracia es un don personal de Dios, que nos une a Él, por la acción del Espíritu Santo.
Según Santo Tomás de Aquino, es fruto del especial amor de Dios por los hombres, que se nos da por la comunicación del Espíritu Santo.
Según San Agustín, hay también una ayuda de Dios en nuestras acciones.
Quedan por tratar los dones del Espíritu Santo, los carismas, etc.

Bibliografía
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1987-2029.
San Agustín. De natura et gratia. Vol. VI de las Obras completas, BAC.
Santo Tomás de Aquino. Summa Theologiae, I-II, qq. 109-114.
J. F. Pozo. La vida de la gracia. Rialp, Madrid 1998 (5ª).
J. A. Sayés. La gracia de Cristo. BAC, Madrid 1993.
Ch. Baumgartner. La gracia de Cristo. BAC, Barcelona 1992.
G. Philips. Inhabitación y gracia. Secretariado Trinitario, Salamanca 1980.
B. Sesboue. Historia de los dogmas II. Secretariado Trinitario, Salamanca 1996.
F. Ocáriz. Naturaleza, gracia, gloria. Eunsa, Pamplona 2000.

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