Pero el mantenido soy yo

En este relato Jaime Bayly, refuta la noción de que su esposa Silvia es una mantenida. Bayly defiende vigorosamente a Silvia, enfatizando su ardua labor y contribuciones esenciales al bienestar de su familia. Detalla cómo Silvia se levanta temprano para atender a su hija y a él, maneja las tareas del hogar, realiza actividades físicas, y se encarga de las compras y la cocina. Además, resalta su participación activa en el cuidado y educación de su hija después de la escuela y su compromiso con actividades extracurriculares. Bayly también destaca que Silvia es una escritora exitosa, con libros publicados y una carrera literaria autogestionada. A pesar de su propio perfil público como presentador de televisión, él reconoce que el trabajo de Silvia es igualmente o más importante, incluyendo su colaboración en el manejo de su canal de YouTube familiar. Bayly concluye rechazando rotundamente la idea de que Silvia sea una mantenida, afirmando que, en realidad, es ella quien sostiene y enriquece la vida de su familia.