Arreglo Musical: Daniel Luis.
Reseña del himno # 46, “Cristo La Roca.”
El autor del himno Cristo La Roca, en Inglés, I've Anchored in Jesus, fue Lewis Edgar Jones, 1865-1936. El señor Jones fue evangelista, escritor y compositor. Se graduó en el Instituto Bíblico Moody, y trabajó incansablemente para la Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes en diferentes estados de la Unión Americana. Escribir himnos era su pasatiempo. La preciosa traducción al Español de Cristo La Roca, la debemos a M. Lechuga.
Encontrarse aterrorizado e indefenso en una frágil barquilla sacudida por un mar tempestuoso, no es una situación agradable en la que nos gustaría estar. Olas gigantescas que amenazan con cubrirnos y enviarnos a las profundidades. Vientos contrarios que nos estremecen e impiden nuestro avance. El cielo ennegrecido por la tormenta nos impide vislumbrar el sol. La soledad, y el miedo al futuro incierto nos atenazan sin piedad. La furia desatada de los elementos en nuestro entorno se combina con la lucha interior para destruir nuestra fe. Este es el marco perfecto en que trata de ponernos Satanás para destruirnos. ¡Más gracias a Jesucristo que siempre acude en nuestro socorro y nos da la victoria!
“Cristo la Roca” es un canto de gloria y triunfo que se levanta por encima del furioso huracán que amenaza con destruirnos. ¡Qué alentadora experiencia nos comparte su autor! En el punto más agonizante de su prueba encontró la solución a su situación desesperada. “De rodillas a Cristo clamé, y el huracán deshecho fue al instante, a la voz de Dios.”
Lo mismo en tiempos de bonanza, que en oscura tempestad, es Cristo la roca, el ancla de nuestra fe. Aunque la aflicción y las largas esperas sin respuestas traten de confundirnos; ¡nuestro Redentor vive, y al fin nos levantará del polvo, de lo profundo del mar, o de la más terrible circunstancia que estemos atravesando. Lo importante es que nos mantengamos aferrados a Él, nuestra roca, piedra viva, torre fuerte, ancla segura del alma. Si en cumplimiento apocalíptico los cielos se desploman, ¡Jesucristo es nuestro refugio! Si estamos atravesando valles de sombra y de muerte, ¡El es la resurrección y la vida! Él nos ofrece una vida mejor en las Moradas Eternas, a donde las tempestades de la vida no pueden llegar, y en donde sólo reina la justicia, paz, y gozo por el Espíritu Santo.
Seamos prudentes y aseguremos nuestra casa espiritual en Cristo, la roca viva, 1Ped. 2:5. Sólo así podremos resistir las torrenciales lluvias, los ríos impetuosos, y todo viento de tempestad. El Señor nos advirtió que estas cosas nos golpearían, pero nos prometió que aferrados a Él no caeremos. Jesucristo es hoy y será por las edades nuestra roca eterna.
M. Ev. Nivea Luis
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