El humorista Goyo Jiménez ha dicho adiós a las gafas en Clínica Baviera y nos cuenta su experiencia:
“Hola, soy Goyo Jiménez y he dicho adiós a las gafas en Clínica Baviera. Las gafas empezaron a ser incómodas a partir del momento en el que, al presentar en televisión, tenía que leer el pronter. Cada vez la graduación iba a peor y la presbicia iba a ir aumentando porque es el cristalino del ojo que se va degradando con la edad. Yo ya sabía que aquello iba a ir a peor y decidí solucionarlo y no postergar más la operación porque iba a ser mejor para mi calidad de vida y mi capacidad de trabajo. Soy una persona a la que le gusta mucho informarse de los resultados, sobre todo en una cosa tan delicada como la vista. Cuando decidí operarme en Clínica Baviera el sondeo fue a través de muchos medios, pero, sobre todo, me fie de la opinión de los amigos que ya los conocían y… acerté. Por eso son amigos, porque te dan buenos consejos. La experiencia de operarme del cristalino para quitarme la presbicia pasó de la sensación de respeto, miedo de operarte los ojos (este reflejo que tenemos al dolor en el ojo y a que te hagan daño) a la absoluta fascinación por el proceso. No solo fue absolutamente indoloro, sino que no tuve ninguna incomodidad que se pueda reseñar que no sea algo pequeñísimo como tener que echarte un colirio. Diría una frase para explicar la operación: si pestañeas te la pierdes. La operación dura muy poquito y sales viendo y esto es increíble. Es curioso porque todavía me duran algunos reflejos de tener gafas, como ir a quitarte la camiseta e intentar quitártelas y no encontrártelas. Es increíble poder volver a trabajar sin gafas, poder volver a conducir y a hacer la vida normal, leer cómodamente, usar el móvil, la tablet… El mensaje que yo le digo a la gente que me pregunta ahora es que no se lo piensen que lo hagan. La gente puede pensar que esto es publicidad, pero yo hablo desde el hecho de haberlo pasado y solo puedo recomendarlo de corazón y con la sinceridad más absoluta. A mí me ha mejorado la vida muchísimo y, por lo único por lo que me siento mal, es por no haberlo hecho antes. Luego, también puedes hablar de lo que te cuesta una operación y de lo que te cuestan unas gafas o unas lentillas que tienes que ir adaptando, que se te arañan, que se te pueden olvidar… Al final es que, hasta económicamente, te sale más rentable operarte y olvidarte de todo. Es la inversión perfecta, en salud y en comodidad. Los humoristas hablamos desde el fracaso porque siempre contamos lo mal que nos ha ido. Me supone un problema estar hablando así porque estoy hablando de lo bien que me ha ido. Eso sí, también hay una cosa que hacemos, que es agradecer el trabajo bien hecho cuando terminamos. No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a todo el equipo lo bien que me han tratado, desde recepción hasta el doctor Llovet que me ha atendido porque han sido todos educadísimos, majísimos, guapísimos, limpios, huelen bien, y la verdad es que se nota la calidad de la atención humana hacia el paciente. Muchísimas gracias porque el trabajo bien hecho hay que saber agradecerlo".
Más información: www.clinicabaviera.com
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