Rescate de montaña en el Iztaccíhuatl de una familia con 2 niños en medio de una tormenta eléctrica

Cuando una mala elección te puede llevar a la muerte.
No creo que sea cuestión de la suerte. Dios es grande y sabe en que momento ponernos a su disposición para hacer buenas acciones al lado de la gente correcta. Yo pensé que los había rescatado, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que ellos me rescataron a mí, al dejarme muy en claro mi propósito de vida.

Entre más peligrosa e incierta es la situación y más te exige, la sangre corre más rápido en tu cuerpo, y cuando se deja a un lado la presencia del peligro, esto sirve para agudizar el control, tu mente se agiliza al grado de dejarte llevar tus límites más allá de lo que te hubieras imaginado, quizás esto sea el genoma de los deportes que cuentan con cierto riesgo, ¿cierto?. Uno sube deliberadamente el listón de la concentración y del esfuerzo, a fin de borrar en la mente el miedo, una mera trivialidad. Un modelo a pequeña escala de la vida, pero con una gran diferencia y así cómo en la vida cotidiana un error puede enmendarse con compromiso, aquí en el mundo de la aventura un error por breve que sea su duración, puede ser de una gravedad absoluta.