Hija de Pupo Román reivindica su memoria negando cobardía y traición

Una de las figuras que ha sido juzgada injustamente con relación a los acontecimientos trascendentales del 30 de mayo de 1961 es el general José René Román Fernández (Pupo), a pesar de que su silencio fue fundamental para poner fin a la dictadura.
La consideración es de la escritora Sabrina Román, hija de Pupo, quien afirma que su progenitor ha sido víctima de todos aquellos que quisieron hacer una versión diferente de los hechos ocurridos en aquel entonces.
Cuando Sabrina Román habla del tema, aunque lo hace con cautela y prudencia, mantiene una postura indoblegable al defender la memoria de su progenitor y refutar a quienes le han comparado con un judas que traicionó al dictador, y lo han catalogado como un cobarde que no dio la cara en aquel momento crucial que culminó con el ajusticiamiento del tirano.
“Mi padre fue un hombre sin cuyo silencio el 30 de mayo habría llegado más tarde”, sostuvo Sabrina Román.
Tras el ajusticiamiento del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo, ‘Pupo’, quien en aquel entonces fungía como secretario de las Fuerzas Armadas, fue acusado de traicionar a los tiranicidas al obviar cualquier contacto con estos, después que ajusticiaron su tío político, el generalísimo Trujillo, debido a que su esposa Mireya García Trujillo era sobrina de “el Jefe”, hija de su hermana Marina Trujillo de García.
Sabrina, quien tenía sólo cuatro años de edad cuando su padre fue asesinado, narra que ‘Pupo’ tuvo conocimiento del asesinato de Trujillo a través del general Arturo Espaillat, pues él debía encargarse de ejecutar la segunda parte del plan luego del ajusticiamiento: El golpe de Estado.
Según narra, esto se vio impedido por varios sucesos que le hicieron imposible a Pupo cumplir con el objetivo orquestado.
Sabrina Román puso a circular el libro “Nuestras lágrimas saben a mar. Memorias de una hija del general Pupo Román”. Indicó que el libro fue escrito con admirable equilibrio emocional, sin ánimo de venganza, reconstruyendo los terribles y dolorosos acontecimientos padecidos por la familia Román García, “humillada y desterrada después del tiranicidio de mayo de 1961.