Informe de la derrota por 5 a 0 de Argentina con Colombia en el estadio Monumental, por las eliminatorias del mundial de Estados Unidos 1994.
Con una gran actuación de Valderrama, Asprilla y Valencia, aplastarían al equipo de Ruggeri, Batistuta y Simeone en 1993.
El domingo 5 de septiembre de 1993 será recordado para siempre como el día de la humillación más grande del fútbol sudamericano. En el mítico estadio de River, donde la selección argentina, había levantado la copa del mundo en el 78, se enfrentaba el combinado local y su similar de Colombia, por la última fecha de las eliminatorias para el mundial de los Estados Unidos. El grupo A, además, estaba integrado, por Paraguay y Perú, quienes jugaban en Lima, lo que obligaba al equipo argentino a ganar, para no tener que disputar el repechaje frente Australia. Caso contrario, el conjunto albiceleste dependía de una nueva ayuda de Perú, ya que, si el elenco guaraní le ganaba, y Argentina caía ante Colombia, los paraguayos iban al repechaje, y los argentinos miraban el mundial por televisión.
En ese contexto, nadie hablaba de quedar afuera de la copa del mundo, y hasta sonaba exagerada la chance de un repechaje, debido a que el equipo nacional venía de salir campeón invicto en las Copas Américas del 91 y el 93, y llevaba 6 años sin conocer la derrota en condición de local. Incluso Maradona, quien no era parte de la selección por una pelea con Basile, en la previa del encuentro, había hablado de una clara superioridad de Argentina, y hasta se permitió tirarle con la historia...
Aquel domingo, ante un estadio repleto, Argentina salió al campo de juego con: Goycochea, Saldaña, Borelli, Ruggeri y Altamirano; Zapata, Redondo, Simeone, Leo Rodríguez, Medina Bello y Batistuta. Por su parte, Pacho Maturana decidió formar con Óscar Córdoba; Herrera, Perea, Mendoza y Wilson Pérez; Leonel Álvarez, Gómez, Rincón, el Pibe Valderrama, Asprilla y Valencia.
A decir verdad, el primer tiempo sirvió tan solo como aperitivo del plato principal que se iba a servir, bien caliente, en el segundo. Un tiro libre de Batistuta que se fue desviado, una pared con Leo Rodríguez, un choque del 9 con Córdoba, y no mucho más que eso. Colombia, por su parte, aprovechaba la precisión de Valderrama, y las explosiones de Rincón y Asprilla. A los 41 del primer capítulo, pase filtrado del pibe para Rincón, recorta a Goycochea y Argentina que empieza a morir de poco. Aun cuando todo el mundo creía que era posible revertir el marcador, Colombia se lucía de visitante y empezaba a escribir la página más gloriosa de su historia.
No obstante, el segundo tiempo de aquel partido, rompió los libros y cambió para siempre el devenir del fútbol sudamericano. Un humilde equipo colombiano, con un Valderrama disfrazado de Maradona, iba a borrar de la cancha a la poderosa Argentina, para llenarla de dudas de cara al final. Ni el tirito de Saldaña, ni el mano a mano que se perdió Batistuta, hubieran podido equiparar las acciones de juego. Es que a los 5 del complemento, pase de Rincón para Asprilla, cambia la pelota de pie dos veces, elude a Borelli, y define cruzado para el 2 a 0. Y si hablamos de sacar a pasear a los defensores argentinos, no podemos olvidar el tercer gol cafetero. Corrida memorable de Asprilla primero, de Álvarez después, define mordido Rincón, y a los 28 de la etapa final, el equipo de Maturana, sin ponerse colorado, sentenciaba la historia .
El desconcierto se adueñaba del clima húmedo de Buenos Aires, y Argentina estaba más preocupada por el partido de Paraguay en Lima, que por la humillación en el Monumental. Para colmo, la hinchada insultaba a los jugadores, le pedía que se sacaran la camiseta, que no robaran más, y hasta gritaban, a modo de protesta, por la vuelta de Maradona.
Y mientras todo eso sucedía, y cuando la calculadora se apoderaba del prestigio de la selección, a los 30, un toque magistral de Asprilla por encima de Goycochea, iba a poner al equipo argentino al borde del abismo. No había forma de explicar la vergüenza, y lo único que necesitaba la selección era que terminara urgente el partido. Sin embargo, lejos de todos los pronósticos, iba a haber tiempo para más. La quinta bofetada, y tal vez, la más dura de la noche, tendría como protagonista al Tren Valencia, que iba a definir cruzado luego de un tremendo pase de Valderrama, y una mágica habilitación de Asprilla.
El propio Maradona, que había subestimado a Colombia, terminaría aplaudiendo al equipo visitante. Tanto fue así que aquella humillación iba a meter a Diego nuevamente en el equipo, a pesar de sus diferencias con el entrenador. La prensa argentina sentenció la goleada con tapas negras, en señal de luto, y bien grande, la palabra vergüenza.
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