Estoy maravillado por la tranquilidad y belleza de este pueblo | Magdala, provincia de Buenos Aires

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No puedo decir más que halagos para este pueblo que tiene todo lo que me gusta. Un ritmo tranquilo y sin apuros, gente relajada, casonas antiguas y un viejo boliche de campo que por el momento sigue funcionando para juegos de cartas los fines de semana. Magdala es un pequeño pueblo rural en el partido de Pehuajó, provincia de Buenos Aires. Puede parece un pueblo más de nuestra querida Argentina pero lo cierto es que tiene sus elementos distintivos que lo hacen sobresalir. En Magdala no se trabaja el turismo rural ni la gastronomía de fin de semana, seguramente por su ubicación alejada de grandes ciudades, pero sus encantos son genuinos. Su espíritu es el de un pueblo pequeño en medio de la inmensa llanura con construcciones tan bellas como la escuela y la iglesia, ambas frente la plaza central. El viejo boliche El Resorte, la comisaría y la antigua panadería se suman para complementar las curiosidades de Magdala. Como en la mayoría de los pueblo, acá también se pierde población y el tren ya no pasa hace mucho, pero quienes viven en este lugar, viven con amor hacia Magdala. Hoy vamos a conocer un lugar que pocos visitaron y quizás muchos no escucharon nombrar. Quedé maravillado por la tranquilidad y belleza de este pueblo y quiero que ustedes sientan lo mismo. Las pequeñas cosas que no hacen ruido también pueden cautivar y enamorar a quienes saben ver más allá de lo establecido.