¿De qué nos estamos alimentando?

Es tan importante nuestra alimentación física como la psicológica y la espiritual.
Tenemos varias envolturas: el cuerpo físico, la energía vital o prana, la mente, la sabiduría y la dicha espiritual. Cada una de estas envolturas se alimentan de lo que nosotros le suministramos.

Nos alimentamos para:
Para vivir. No vivimos para comer.
Para tener buena salud
Para que nuestros cuerpos sean un instrumento aptos para conducirnos a las metas de vida.

Nos alimentamos de lo que entra por nuestra piel, de la naturaleza, del aire, del sol, del ejercicio... Cuando tenemos pensamientos y emociones negativas estamos alimentando negativamente nuestra mente. Es más importe y sutil el alimento mental que el físico.

Las vitaminas del alma son el amor, la armonía, la alegría, la paz, la bondad, la humildad, la calma, la amabilidad, etc... Pongámoslas en práctica.

El Ser es la fuente de la verdadera vitalidad. Nada externo lo puede afectar. Es mi verdadera esencia. Al habitarlo, disipamos cualquier desequilibrio y enfermedad.

La puerta que alimenta la mente son los 5 sentidos. El exceso de estímulos externos nos indigesta, nos da ansiedad y desequilibrio. Esto nos inhibe la capacidad de concentrarnos y tener pensamientos elevados.

Lo que crea el sufrimiento y el malestar en nosotros es porque nosotros lo estamos alimentando.

El Buda nos dice que los principales alimentos son: el físico o la comida, los sentidos que son las puertas que alimentan nuestra mente, la motivación y la intención y por último la consciencia. Pongamos un centinela en cada uno para obtener la mejor alimentación posible.

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