Dr. Armando Alducin - La negación humana de Dios

LA NEGACIÓN HUMANA DE DIOS (Romanos 1:18-23). Un tema presentado por el Dr. Armando Alducin

La realidad de la existencia de Dios no puede negarse desde la razón y la lógica, además de otras pruebas contundentes que nos ofrece la creación misma que nos rodea, así como el diseño y el orden del universo. Sin embargo, el ser humano ha estado empecinado en rechazar todas estas pruebas de la existencia de un Creador y soberano rey del universo, elevando su orgullo intelectual sobre la misma sabiduría eterna de Dios.

Los seres humanos que jamás han oído el evangelio de la gracia de Dios (paganos), no tienen excusa, pues sus conciencias y la naturaleza misma les da testimonio de un Creador. Una vez que el ser humano rechaza la verdad y la luz, acabará creyendo cualquier cosa y en la inmoralidad.

Acompáñanos en este programa y descubramos qué más nos dice la Palabra de Dios acerca de este tema.

I. EL RECHAZO DE LA VERDAD (v.18)
La ira de Dios es una realidad que jamás debemos de olvidar, pues no es una ira
arbitraria ni un enojo que provenga del pecado o de las emociones. Es una ira que
proviene de su santidad, de su determinación de castigar el pecado, de su necesidad de
ejecutar justicia contra la maldad y el pecado (Rom.2:5,8-9; Col.3:6).
La ira de Dios se manifiesta sobre dos clases de personas en particular:
1. Los impíos e injustos.
La palabra impiedad, es -asedia-"sin respeto, sin reverencia por las cosas sagradas". Son
las personas burlonas, irrespetuosas y blasfemas de las cosas sagradas (artistas, can-
tantes, deportistas, políticos, profesionistas, etc. que blasfeman y se burlan de la Biblia,
del cristianismo y de Dios). Los injustos (-adikia-) son las personas que no pagan su
salario completo a sus trabajadores, que son injustos con su esposa, hijos y clientes,
deben sus cuentas y no pagan, etc. (Rom.13:7-8; Col.3:25; 1 Jn.3:7).
2. Los que detienen la verdad.
La palabra detener, es -katechonton-"suprimir, reprimir, estorbar, esconder". El ser
humano puede conocer la verdad por medio de tres fuentes:
+ La naturaleza (Rom.1:20).
+ Su razón y conciencia (1:18; 2;15).
+ Las Escrituras (Jn.5:39; 2 Tim.3:16).
Pero a pesar de poder conocerla, la ignoran, la desprecian, la hacen a un lado, hacen
todo lo que pueden por no conocerla y librarse de ella (Jn.18:37). ¿Por qué? Porque
quieren vivir como ellos quieren sin sujetarse a la ley de Dios; creen que puede explotar
y oprimir a sus semejantes sin quedarse sin castigo (St.5:1-6).
II. LA REVELACIÓN DIVINA (v.19)
Dios manifiesta su ira porque el ser humano rechaza o hace oídos sordos al testimonio
de su conciencia (Rom.2:12-15). La conciencia es la voz interior dentro de nuestro
corazón que se erige como juez reprendiéndonos cuando hacemos mal y premiándonos
cuando hacemos el bien. Viene de la raíz -con-"dentro", y -ciencia-"conocimiento"; o
sea, conocimiento interior o interno.
La conciencia del ser humano le dice que hay un Dios, algo fuera de nosotros que creó
todo lo que existe, el cual nos dejó reglas morales entre el bien y el mal (robar, matar,
adulterar, secuestrar, etc., es malo y lo saben todas las culturas, tribus y lenguas del
mundo).
III. LAS EVIDENCIAS DE DIOS EN LA CREACIÓN (v.20)
No cabe duda de que "los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la
obra de sus manos* (Sal.19:1). El diseño inteligente y el orden perfecto del universo nos
habla de un Creador y sustentado de todo lo que existe. ¿Cuáles son las cosas invisibles
de Dios que pueden ser observadas visiblemente?
1. Su eterno poder.
Podemos ver en la creación una inteligencia suprema, la energía de Dios que sostiene
todo el universo con la Palabra de su poder (Heb.1:3). Todo esto lo podemos ver en:
* La estructura de nuestro cuerpo.
* El colorido de las flores y plantas.
* En los planetas y estrellas.
* En el mundo microscópico.
* En el ADN.
2. Su deidad.
Cuando miramos con honestidad todas estas maravillas de la creación con un orden e
inteligencia insuperable, podemos ver a un Dios que:
* Cuida y provee lo que ha creado (Sal.104:14,19-21,24,27-30).
* Sostiene nuestra vida y aliento (Hech.17:28).
* Se ha revelado para que le conozcamos (Jn.1:18; 17:3).
Ante todo este cúmulo de evidencias, Dios dice que "¡no tienen excusa!"
IV. EL ENVANECIMIENTO DE LA RAZON (v.21).
Después de que el ser humano ha podido observar, razonar honestamente y analizar
que todo lo que nos rodea es la obra de un Creador y no un accidente, es increíble que
pueda rechazar toda esta evidencia y no reconocer a su Creador ni darle gracias por su
vida. Esta es la razón por la cual Dios nos dio la inteligencia y la razón, ¡para que le
adoremos, le glorifiquemos y vivamos agradecidos con Él!
Al contrario de esto, el ser humano se envaneció en sus razonamientos filosóficos y,
como resultado, entendimiento (conclusiones, imaginaciones) se oscureció (Sal.10:4;
Ef.4:17-19).