María Concepción Colorado del Val

María Concepción nació en marzo de 1928 en Matamorosa, capital del municipio de Campoo de Enmedio y segundo núcleo más poblado de la comarca de Campoo-Los Valles. Eugenio, su padre, era topógrafo y cartógrafo de La Naval de Reinosa, la factoría siderúrgica, y Teodula, su madre, pianista de formación, se dedicó al trabajo de costura en Reinosa y a los trabajos de casa, incluyendo el cuidado de su hijo y sus cinco hijas. Desde el año de edad, Concepción fue criada en Bilbao con su abuelo materno, músico profesional con buena posición económica, una infancia “muy feliz” en la que describe también estancias junto a su familia en Reinosa. Su formación en lectoescritura comenzó de la mano de su abuelo y a los cuatro años fue escolarizada en el colegio público Cervantes (Bilbao) en donde estudió desde párvulos hasta los 12 años, excepto “tres años menos tres meses” en los que el centro cerró debido al estallido de la guerra de España, un periodo del que comparte numerosos recuerdos sobre los bombardeos de aviones alemanes e italianos al servicio del ejército sublevado, los refugios, el cambio de residencia, los viajes para la obtención de alimentos o el uso de la moneda propia en la ciudad. También relata las vivencias de guerra de Alberto del Hoyo en el viaje a Francia a bordo del vapor La Habana, a quien conoció a sus 18 años en un baile en Bilbao y con quien se casó en 1949.
La vida laboral de Concepción comenzó tras la guerra en una casa de bordados y plancha, “la Casa Legarreta” de Bilbao. Allí comenzó repartiendo la ropa planchada y, posteriormente, “subió de categoría” y aprendió a bordar y planchar. A lo largo de toda su vida siguió con su pasión por la costura, aunque se dedicó al trabajo de casa y de cuidados de sus dos hijos, Alberto y Juan Manuel.
Al año de casarse, emigró a Venezuela, a la capital del Estado Bolívar, Ciudad Bolívar, en un viaje de un mes en el barco Bianca C. Su marido había emigrado tras la boda por motivos laborales, pues fue contratado por una empresa de construcción y llegó a participar en la del complejo venezolano Siderúrgica del Orinoco "Alfredo Maneiro".
Durante la década de residencia en Venezuela dio a luz a sus hijos (en 1953 y 1957), viajó en numerosas ocasiones junto a su marido por el continente americano, disfrutó de su residencia en Caracas e incluso “ayudó como peona en la construcción del edificio Bilbao”, del que eran propietarios. En 1961 regresaron a España y en Bilbao abrieron las puertas de la “Bar Bodega”, hasta que su marido retomó su labor en el sector de la construcción.
En 1963, la “pasión por las playas” llevó a la familia a establecerse en Laredo. En estos años de residencia asistió a clase de pintura en el instituto Bernardino de Escalante y destaca su participación en la sede laredana de UNATE, La Universidad Permanente, desde el año 1970, en donde fue —junto a su marido— de las fundadoras y participó en numerosas actividades de pintura, manualidades, excursiones y cantó en el coro.
Concepción sufrió la dolorosa pérdida de su marido en 2012 y en 2018 la de su hijo menor. A sus 94 años (2022) dice sentirse “bien” y agradece “los genes de su familia”, pues tiene “mucha vitalidad y fuerza como la tuvieron sus padres”. Y aunque reside sola en su domicilio de Laredo, cuenta con el apoyo de su familia, en la que además de ser madre, es abuela de dos nietas y un nieto y bisabuela de dos niñas.

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