Hoy tuvimos una conversación muy difícil, porque nos confrontó con nosotras mismas, con nuestra niñez, con nuestras opciones de vida, con nuestra educación, con el llamado de nuestra alma. La tuvimos desde el amor, desde la empatía, desde el agradecimiento. Hablar de nuestro privilegio es muy incómodo, de hecho, nos da rabia que nos llamen privilegiados, cuando hemos trabajado tan duro y hemos pasado por tantos momentos difíciles para llegar a donde estamos! Pero reconocer estos privilegios se puede convertir en una herramienta transformadora de mundo que ahora más que nunca necesitamos. El mundo no cambiará si los privilegiados no participan, el feminismo no funciona sin la participación de los hombres, el anti-racismo no funciona sin la participación de los blancos, los derechos de la comunidad LGBTIQ+ no serán respetados sin la participación de las personas heterosexuales, el cambio social no funciona si no participan aquellos con más ingresos, conexiones y accesos... el privilegio es poder. Fue una conversación muy hermosa y una invitación a todos a cuestionarnos, permanentemente, en qué punto de ese espectro de privilegios estoy, y qué puedo hacer con el poder que tengo?
Esperamos que les guste y que les remueva muchos sentimientos como nos sucedió a nosotras, y por favor, quítese el escudo, no se tiene que defender, no se sienta mal, al contrario, abra su mente y su corazón que desde la gratitud usted puede crear nuevas oportunidades para mucha gente.
Mirémonos los unos a los otros de igual a igual, como seres humanos, con miedos, con sueños, con rabias, con traumas, con opciones. Este no es un programa para atacar, juzgar o decirle a la gente cómo tiene que actuar ni qué debe hacer con su privilegio... es nuestra invitación a escuchar hacia adentro para que todos colaboremos en la construcción de un mundo mejor usando las cartas que por suerte nos fueron repartidas.
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