20 años después, quedó impactado al ver a su ex-prometida con un hombre que se parecía exactamente..

20 años después, quedó impactado al ver a su ex-prometida con un hombre que se parecía exactamente...

En la suave luz del atardecer, Valeria y Carlos se encontraban bajo la sombra de un antiguo árbol de higo en el parque de la ciudad, un lugar que se había convertido en testigo silencioso de su amor floreciente. El aire estaba cargado de una mezcla de expectativa y desolación mientras ambos enfrentaban la tormenta inminente de sus vidas. Valeria, con los ojos llenos de una mezcla de esperanza y miedo, sostenía las manos de Carlos, buscando en él un puerto seguro para sus inquietudes. "Carlos, yo... estoy embarazada", finalmente rompió el silencio Valeria, su voz temblorosa revelando el torbellino de emociones que la consumía. Carlos se quedó paralizado, su rostro pálido reflejando la lucha interna que libraba. Siempre había soñado con una carrera en Europa, una oportunidad para escapar de las limitaciones de su ciudad natal y convertirse en alguien destacado. Y ahora, ese sueño estaba al alcance de su mano, pero a un costo que nunca imaginó. "Valeria, yo... esto cambia todo", comenzó él, luchando por encontrar las palabras correctas. "Sabes lo mucho que esta oportunidad significa para mí. Podría tener una oportunidad real allá afuera, una carrera que..."

"Lo sé, Carlos. Sé lo importante que es esto para ti", interrumpió Valeria, las lágrimas comenzando a formarse en sus ojos. "Pero ¿y nosotros? ¿Y este bebé?" Carlos miró a Valeria, el amor que sentía por ella en guerra con sus propios sueños y ambiciones. Sabía que no podía pedirle que eligiera entre él y el bebé; no era justo. No con ella, no con el bebé. "Valeria, yo... no estoy listo para ser padre", confesó, su voz casi un susurro. "Apenas puedo cuidar de mí mismo, mucho menos de una familia." Valeria soltó sus manos, secando las lágrimas que ahora corrían libremente por su rostro. "Entiendo, Carlos. Pero... yo voy a quedarme con el bebé. Voy a encontrar una manera." Carlos sintió un dolor agudo en el pecho, como si una parte de sí mismo estuviera siendo arrancada. "Valeria, por favor, entiende... esto no significa que no te ame. Es solo que..." "Lo sé, Carlos. Lo sé", dijo Valeria, interrumpiéndolo nuevamente, forzando una sonrisa a través de las lágrimas. "Pero tal vez sea mejor así. Tal vez sea mejor si seguimos caminos separados."