Refugio de los pecadores

Refugio de los pecadores

Me habían solicitado el servicio del canto para el Rosario en honor de nuestra Madre María, Nuestra Señora del Refugio. Esa noche me llevé a la cama el gozo de que me lo hubieran solicitado y pensé en lo bueno que sería componer un canto en su honor. Tres letanías en especial venían a mi mente y así me quedé dormido.
A la mañana siguiente, en mi oración le pedí al Señor que, aunque era algo apresurado, si en su voluntad estaba me permitiera componer un canto para alabanza de Nuestra Señora. Terminé la oración y escribí las lineas que se convirtieron en el estribillo. Luego leí una oración relacionada y las estrofas fluyeron rápidamente. Cuando inicié con la música, al llegar a la parte del estribillo, mi ser se conmovió y comencé a llorar porque experimentaba lo bendecidos que somos de contar con una Madre que es Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos y Auxilio de los cristianos.