LUMBALGIA AGUDA Y CRÓNICA

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LUMBALGIA AGUDA:
Con la edad, nuestro cuerpo va cambiando y la manifestación del dolor también.
En el caso de las lumbalgias, no podía ser de otra manera.
En una persona joven, un movimiento brusco o un gesto forzado, puede desencadenar una lumbalgia aguda. ¿qué ocurre en nuestra espalda, para que nos duela tanto?
Es bien sencillo. Entre cada vértebra, tenemos un disco gelatinoso que sirve de amortiguador. En una persona joven, los discos son muy grandes y turgentes. Al realizar un esfuerzo, éstos pueden moverse o salir incluso de su sitio parcialmente que es lo que llamamos protrusión o hernia si también sale el interior del disco, el núcleo pulposo. Esto va a provocar una reacción inflamatoria alrededor de la vértebra y todas sus estructuras vecinas, como nervios y músculos, tendones y ligamentos. El resultado es un bloqueo casi total de movimiento, ya que los músculos intentan sujetar la espalda para que no se siga lesionando. El reposo, es fundamental los primeros dias, junto con el uso de medicamentos prescritos por su médico/a. Pasada la fase aguda que puede durar alrededor de una semana, es muy importante acudir al/la fisioterapeuta para reestablecer el movimiento normal en la espalda.
LUMBALGIA CRÓNICA:
A partir de cierta edad, nuestros discos vertebrales van perdiendo altura y capacidad de amortiguación, afectando al arco vertebral.
La parte posterior de la vértebra o arco vertebral es una estructura formada por una especie de cruz con 3 puntas o apófisis. Entre éstas hay 2 superficies lisas que articulan con la vértebra que está debajo, llamadas carillas articulares. Pues bien, en una persona joven, estás carillas articulares casi no se tocan, estando simplemente superpuestas entre sí. Por contra, a partir de cierta edad, las carillas empiezan a apoyarse unas sobre otras debido a la perdida de altura de los discos.
Las lumbalgias crónicas cursan con gran rigidez y dolor al movimiento inicial pero mejoran con ejercicio suave y evitando reposos prolongados ya que provocan más rigidez.
No responden bien a los antiinflamatorios porque no hay inflamacion ya que se trata de un problema "mecánico". También se le llama a estas lumbalgias crónicas, síndrome facetario o síndrome de carillas.
La fisioterapia, el ejercicio y una vida activa son las claves en este caso.

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