¿SER INFELIZ O EXTREMADAMENTE DICHOSO?

¿Ser infeliz o extremadamente dichoso?

Esta es la pregunta fundamental que pocas veces nos hacemos. La infelicidad y la dicha no son simples estados, sino elecciones. La mente tiende a aferrarse a lo conocido, a lo cómodo, incluso cuando eso significa sufrimiento. ¿Por qué? Porque lo conocido nos brinda una falsa sensación de seguridad. Nos volvemos esclavos de la tristeza porque, paradójicamente, la hemos hecho parte de nuestra identidad.

Para ser extremadamente dichosos, necesitamos un salto de conciencia: dejar atrás el miedo, abandonar las expectativas y abrazar la incertidumbre. La dicha no es ausencia de dolor, sino aceptación plena de la vida, con todos sus matices.

La verdadera dicha es como un río que fluye en libertad, sin aferrarse a nada. Así, debemos liberarnos de los moldes mentales y de las limitaciones autoimpuestas, soltando la necesidad de controlar cada aspecto de nuestra existencia.

La dicha extrema no es una meta, sino una experiencia que surge cuando dejamos de escapar de nosotros mismos. Entonces, ¿estás listo para vivir en plenitud, o prefieres la comodidad de la infelicidad? La elección es tuya.