Ojos Negros está situado en el límite occidental de la provincia, próximo a la de Guadalajara, en la vertiente norte de la sierra Menera. Se mueve en la zona de influencia de Calamocha, a 31 km del municipio, aunque también es apreciable el atractivo que ejerce Teruel capital, distante 73 km.
La altitud a la que está Ojos Negros, 1.151 msnm, propicia que tenga un clima frío, con inviernos largos y crudos, siendo su temperatura media anual de 10,3 °C. Las precipitaciones, más bien escasas, oscilan sobre los 525 mm al año.
Los asentamientos más antiguos conocidos en el termino municipal de Ojos Negros son de época ibérica y de carácter cultural celtibérico. La importancia minera de la comarca y su situación estratégica en las vías de comunicación que unen la depresión del Jiloca y la Meseta castellana explican la existencia de yacimientos de notable entidad.
Los más significativos son El Cerro de las Salinas y El Santo. El primero, más importante, es un poblado de dimensiones medias, con restos de estructuras defensivas y cuyo material cerámico consta de jarras, vasijas globulares y cuencos con decoración pintada de tipo geométrico.
Por otra parte, investigaciones arqueológicas en la zona han revelado que ya existían procesos metalúrgicos en épocas celtibérica, romana y musulmana, que implicaban la extracción, la transformación y la forja de mineral.
Edad Media
La primera referencia sobre Ojos Negros aparece en 1280, y refiere su inclusión en el arciprestazgo de Daroca. La historia del municipio está muy ligada a la villa zaragozana, ya que varias localidades de las actuales provincias de Teruel y Zaragoza dependieron de Daroca desde 1120. Sin embargo, en 1248, el rey Jaime I constituyó la Comunidad de aldeas de Daroca, excluyendo a Ojos Negros de la misma.4 Asimismo, en el año 1297 las salinas de Ojos Negros aparecen citadas entre las rentas del monarca Jaime II.
En época medieval, para la organización de las villas se estableció un nuevo organismo, las sesmas, que correspondían a entidades administrativas intermedias entre la comunidad y la aldea. Ojos Negros estuvo integrado —junto a Calamocha y Monreal del Campo, entre otros lugares— en la Sesma del Río Jiloca. El municipio perteneció, de forma sucesiva, a la sobrecullida de Teruel (1446), a la sobrecullida de Daroca (1488 - 1495), a la vereda de Daroca (1646) y al corregimiento de Daroca (1711 - 1833).
Al ser región fronteriza entre Castilla y Aragón, Ojos Negros alcanzó gran protagonismo en el siglo XIV durante las guerras entre ambos reinos, pues, junto a otras localidades, formaban el primer cinturón defensivo de la Comunidad de Daroca. En ese contexto, los castellanos incendiaron la aldea en 1356 y al año siguiente se fortificó el castillo, en donde se refugiaron los vecinos durante la gran invasión de 1363. Durante estas guerras se llegó a tal extremo de miseria y ruina que el rey eximió a Ojos Negros del pago de tributos durante seis años, a condición de que dicho dinero se invirtiera en la reparación de lo destruido.
Ya en el siglo XV, existe constancia escrita de que encontrándose en Ojos Negros el rey Alfonso V el Magnánimo, el 16 de febrero de 1428 concertó las capitulaciones matrimoniales de su hermana Leonor con Don Duarte, primogénito del rey de Portugal.
Ojos Negros se constituyó como Ayuntamiento en 1834, dentro del partido judicial de Albarracín, para incorporarse en 1955 al de Calamocha. Su vida económica giró en torno a las minas de hierro a partir de su explotación industrializada a principios del siglo XX, cuando se fundó la Compañía Minera de Sierra Menera. El yacimiento, enclavado en el anticlinal cuarcítico que separa Ojos Negros de la vecina provincia de Guadalajara, tiene una extensión de más de 1.500 ha y sus reservas se evalúan en 80 millones de Tm. Es una explotación a cielo abierto de un mineral de fácil extracción por su naturaleza terrosa y relativamente blanda. No obstante, la compañía dejó de funcionar en 1986 debido a la crisis del sector siderúrgico.
Un aspecto relevante en ese período fue la construcción de la línea férrea que unió Ojos Negros con Sagunto, cuyo recorrido total era de 204 km. Este ferrocarril recibió el nombre de «Tren Minero» y en la actualidad se ha transformado en muchos tramos en vía verde.
El censo de España de 1875 registra una población de 1.157 habitantes para Ojos Negros.6 Pero es el trabajo en las minería lo que atrajo emigrantes de forma especialmente notoria en la primera década del siglo XX, que es cuando se empezó a explotar el yacimiento. Ojos Negros alcanzó su techo demográfico, 3.042 habitantes, en 1910. Los censos posteriores reflejan el continuo descenso de la población —el de 1981 recoge ya una cifra inferior a los 1.000 habitantes—, siguiendo siempre las fluctuaciones del mercado del hierro.
En 2012 la población del municipio es de 445 habitantes.
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