¿QUIÉN FUE JUANA DE IBARBOUROU?
Biografía de la autora
Poemas “La higuera” y “Noche de lluvia” (poesía en español)
Juana de Ibarbourou fue una poeta y escritora uruguaya, nacida el 8 de marzo de 1892 en el departamento de Cerro Largo, y fallecida el 15 de julio de 1979 en Montevideo, Uruguay.
Conocida también como “Juana de América”, esta autora está considerada como una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de la primera mitad del siglo XX.
Parte de su obra en prosa estuvo dirigida al público infantil.
Algunas de sus obras literarias más importantes son: “Lenguas de diamante, El cántaro fresco, La rosa de los vientos, Los sueños de Natacha, Loores de Nuestra Señora, Estampas de la Biblia, Chico Carlo, Juan Soldado y Romances del destino”.
Su estilo inicial fue apasionado y sensual dentro de la órbita modernista, vinculándose luego al vanguardismo. Su verso, con el paso del tiempo, ganó serenidad, haciéndola alcanzar el Premio Nacional de Literatura en el año 1959.
Sus inicios
Su nombre era Juana Fernández Morales. Sin embargo, luego de contraer matrimonio con el capitán Lucas Ibarbourou, adoptó este apellido.
Desde muy joven publicó algunos poemas bajo el seudónimo de “Juanita de Ybar”. Más tarde firmaría sus libros como “Juana de Ibarbourou”.
Sus primeros poemas
Los primeros poemas de la autora Juana de Ibarbourou aparecieron publicados en diferentes periódicos, pero principalmente en el diario “La Razón” de Montevideo. Su recorrido lírico comenzó con “Lenguas de diamante” (1919), obra que obtuvo grandes elogios del público y la crítica. Luego de este libro, su estilo se catapultó directamente al cenáculo de los escritores reconocidos del Uruguay.
Estilo y temas de su literatura
Los temas en la obra de la poeta Juana de Ibarbourou tienden a la exaltación sentimental de la belleza, la entrega amorosa, la maternidad y la naturaleza. Imprimió también a sus poemas un erotismo que acabó representando una de las principales vertientes de su producción. Luego su poesía fue despojándose de artilugios, para ganar en efusión y sinceridad. En “La rosa de los vientos” (1930), se adentró en el vanguardismo, rozando incluso las imágenes surrealistas. Con “Estampas de la Biblia”, “Loores de Nuestra Señora” e “Invocación a san Isidro” (todos en 1934), iniciará un camino hacia la poesía mística.
La carrera de Juana de Ibarbourou se consolida
Las obras “El cántaro fresco” (de 1920) y “Raíz salvaje” (de 1922), continuaron y afianzaron la labor poética de Juana. Sin embargo, en ellos todavía se registraba gran cantidad de modismos y giros poéticos del modernismo, encabezado por el destacado poeta y periodista nicaragüense Rubén Darío. Esta influencia había sido cabal en todos los poetas desde finales del siglo XX. Cada uno de estos dos volúmenes es muy rico en imágenes sensoriales y cromáticas. Otra veta que los caracteriza, son las alusiones bíblicas y pertenecientes a la mitología grecorromana.
Juana de América
En el año 1929, Juana fue condecorada por algunos de sus colegas escritores. La ceremonia se dio cita en el Palacio Legislativo del Uruguay (Salón de los Pasos Perdidos), y fue presidida por el poeta “oficial” uruguayo Juan Zorrilla de San Martín. Allí se le otorgó a la autora el título de “Juana de América”.
Recuerdos de la infancia
En la obra titulada “Chico Carlo”, Juana de Ibarbourou regresa al tono juvenil de sus primeros poemarios, pero adaptados a la prosa. Estos cuentos reconstruyen momentos de su niñez. Dicho volumen, además, alcanzó una gran popularidad y se convirtió en el más leído de sus trabajos. En el ámbito de la Literatura para Niños y Adolescentes, comparte la suerte de “Platero y yo”, libro con el que en varias oportunidades ha sido comparado.
Reconocimientos
La poetisa Juana de Ibarbourou se destacó en la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores. Su obra fue premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, España.
Recibió el Gran Premio Nacional de Literatura en 1959, otorgado ese año por primera vez.
Otros libros de Juana de Ibarbourou
Entre los años 1930 y 1950, Juana de Ibarbourou no publicó poesía, pero su producción literaria continuó, a través de la creación de los libros en prosa: “Loores de Nuestra Señora” (1934), “Estampas de la Biblia” (1934) y “Los sueños de Natacha” (1945), esta última obra, un libro de teatro infantil.
Compartimos también su poema de amor “La merienda triste”:
• POEMA La merienda triste, JUANA DE IB...
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