Malvinas | Desobedeciendo a los jefes para salvar camaradas

Insubordinándose ante sus jefes directos, que le ordenaban abandonar a sus camaradas atrapados en un cerco de fuego británico, el cabo Juan Antonio Barroso inscribió una heroica página, de características insólitas, sin precedente alguno, en la historia del Regimiento 6 de Infanteria. Durante la noche del 12 al 13 de junio, este cabo de 21 años, se quedó en el frente de combate cubriendo la retirada en el Monte Dos Hermanas de los tiradores del cabo primero Irigoitía y dando apoyo de fuego a una compañía del Regimiento 4. Para poder lograrlo hizo un esfuerzo sobrehumano: apuntaba y disparaba su mortero como si fuera un fusil, manejandolo con sus propios brazos y no con las manivelas. Asi ganaba en frecuencia de tiro. Su proeza es prácticamente desconocida, mientras que el relato irreal, fantasioso del soldado Oscar Poltronieri, de la misma compañia, ha tenido, lamentablemente, amplia difusión. "Barroso no exagera lo más mínimo en este relato", testimonia el subteniente Aldo Franco.
Cámara y edición, Sin Bonfietti. Posproducción, Niki Kasanzew.