RUTA DE LOS CASTILLOS (CASTILLO DE LOARRE) - HUESCA

El castillo abadía de Loarre es un castillo románico situado en la localidad de Loarre, en la sierra del mismo nombre, en la provincia de Huesca, Comunidad Autónoma de Aragón (España).

El castillo se asienta sobre un promontorio de roca caliza, que utiliza como cimientos. Esto supondría una gran ventaja defensiva (no se podía construir túneles por debajo del muro). Desde esta posición se tiene el control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca.
Fue construido en el siglo XI. La muralla exterior se construyó en 1287.

Actualmente presenta buen estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico de España. Fue denominado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional en el año 1906. Está considerado como la fortaleza románica mejor conservada de Europa.
Todo el conjunto está rodeado de una gran muralla con torreones semicirculares.

La construcción del castillo corresponde a Sancho III el Mayor, rey de Navarra. Maestros lombardos fueron sus constructores, con sillarejo, utilizando la piedra a modo de ladrillo.
Se trata de un recinto dotado de dos torres (del homenaje y de la reina) y de la pequeña iglesia de Santa María.
La puerta de entrada al castillo se halla entre la torre de la reina y el recio lienzo de la muralla oriental. Es una construcción indígena con influencias mozárabes. De concepción sobria y aparejo pequeño.

Fue con el segundo rey de Aragón, Sancho Ramírez, cuando Loarre experimentaría su impulso definitivo y cobraría gran importancia religiosa. A su regreso de un viaje a Roma, el rey aragonés llevó a Loarre una congregación de monjes agustinos, con los que llegó el arte románico.
El conjunto responde a dos momentos de concretas finalidades: como fortaleza avanzada del Aragón cristiano frente a los castillos musulmanes, y como abadía de canónigos regulares de San Agustín.

A la espalda del castillo, al norte, están los Pirineos y la ciudad de Jaca.

Los cristianos de Loarre veían desde allí las huertas y las ricas ciudades musulmanas, entre ellas Bolea y Ayerbe, y eso incrementaba su deseo de conquista. Veinte años después se conquistó Huesca.

Cuentan que entre sus muros falleció el conde Don Julián y que enterraron al mayor traidor de la historia de España a la entrada de la iglesia, para que todos pisotearan sus restos por haber abierto las puertas de la Península a los musulmanes.

Fue un vuelo sobrio porque la ocasión lo exigía. El frio nos inundó y la paz era total. Tuve al copiloto ideal, mi hijo Jose. Gracias a él este vuelo fue posible. Él es un luchador en la valiente Aragón.


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