A lo largo de la historia, las tradiciones religiosas han desempeñado un papel fundamental en la forma en que las sociedades estructuran su visión del género, la identidad y la sexualidad.
En muchas culturas, las religiones han sido una fuente de normas y valores que influyen en las creencias sobre lo que es aceptable en términos de género y roles sociales.
Sin embargo, en ciertas tradiciones espirituales y filosóficas como el hinduismo, el budismo, el taoísmo y el confucionismo, podemos encontrar una mayor flexibilidad y aceptación de la diversidad de género, incluidas las identidades no binarias y transgénero.
Hinduismo: Fluidez de Género
El hinduismo, una de las religiones más antiguas y diversas del mundo, se caracteriza por una amplia variedad de creencias, mitos y rituales que abordan la naturaleza del alma, el karma y la reencarnación.
Desde sus orígenes en el valle del Indo y su evolución a lo largo de los milenios, el hinduismo ha integrado una diversidad de perspectivas sobre el género y la sexualidad, reflejadas en textos sagrados, mitologías y prácticas culturales.
En el hinduismo, el concepto de Dharma o deber, juega un papel central en la vida individual y social, cada persona tiene un Dharma determinado por su casta, género y etapa de vida.
Sin embargo, el hinduismo también reconoce una realidad más allá de las categorías terrenales, donde el alma (Atman) es eterna y no está ligada a distinciones de género, por ejemplo, las escrituras hindúes, como los Vedas y los Puranas, mencionan diversas formas de fluidez de género y presentaciones no normativas.
Una de las figuras clave en este sentido es Shiva, uno de los principales dioses del panteón hindú, que a menudo es representado como Ardhanarishvara, una deidad andrógina que es mitad hombre, mitad mujer, lo que simboliza la unión de las fuerzas masculinas y femeninas en un solo ser.
Esta representación ha servido como un símbolo de la dualidad y la unidad de los géneros, y muestra cómo el hinduismo incorpora la idea de que la energía masculina y femenina coexisten dentro de todos los seres.
Los mitos hindúes contienen múltiples ejemplos de deidades y figuras que cambian de género o habitan en una esfera más allá de las categorías binarias.
La figura de Shikhandi en el Mahabharata, por ejemplo, es un personaje transgénero que juega un papel crucial en la guerra de Kurukshetra que, nacido como mujer es identificado como hombre, reflejando cómo la fluidez de género ha sido parte de las narrativas religiosas desde tiempos antiguos.
Además los hijras, una comunidad tradicional de personas no binarias y transgénero en la India, han ocupado un lugar espiritual significativo en la sociedad hindú que, aunque han sido marginados en diversas épocas, también son venerados en algunos contextos, particularmente en ceremonias de fertilidad y bendiciones nupciales.
Los hijras a menudo son asociados con la diosa Bahuchara Mata y son considerados portadores de una energía sagrada que desafía las normas convencionales de género.
En la India contemporánea, los hijras son una comunidad tradicionalmente marginada de personas transgénero, que han ganado más visibilidad y reconocimiento legal, especialmente después de que la Corte Suprema de la India reconociera legalmente a los hijras como un tercer género en 2014.
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