BRABHAM BT46. EL F1 VENTILADOR

🔷 El Fan Car se le apodó en las gradas, en los salones de millones de hogares y entre la prensa especializada de la época. El Brabham BT46B solo corrió una vez en la Fórmula 1. Sin embargo, tuvo un impacto tan inmenso en esta categoría que incluso a día de hoy, cuando se mencionan algunos de los monoplazas más legendarios de la historia, su nombre en escasas ocasiones se queda fuera. Es un modelo que incluso ha sido muy solicitado en el canal y su legado hoy representa en la actualidad lo que era capaz de hacer el ingenio técnico.

🔶 La mayoría conoce la historia más básica de este modelo. Obrado por Gordon Murray, sabemos que apareció en el Gran Premio de Suecia de 1978 a manos de Niki Lauda, que entonces ya era dos veces campeón mundial en ese momento. Durante esta etapa el piloto austriaco abandonaba las filas de Maranello para asentarse en la escudería Brabham a pesar de que venía de obtener dos campeonatos de pilotos sumados a dos de constructores.

🔷 Bueno, esto fue motivado porque Lauda estaba un poco harto de las confabulaciones políticas que venían sucediendo en Ferrari y además, no se llevaba demasiado bien con el que entonces sería su compañero de equipo Carlos Reutemann. Se había cansado del histrionismo de Mauro Forghieri durante las carreras y para colmo, su mejor mecánico Ermanno Cuoghi había sido despedido personalmente por el mismísimo Enzo Ferrari. En Canadá, curiosamente, la escudería italiana decidía poner un tercer monoplaza en manos del aún desconocido Gilles Villeneuve y esto fue la gota que colmó el vaso.

🔶 En 1977, Colin Chapman, propietario del equipo Lotus junto con Peter Wright, presentarían su primer 'Wing Car'. Algunos ensayos les revelaron que otorgándole a los monoplazadas formas aladas podían acelerar el flujo de aire en la parte superior de conjunto. Esto directamente les llevó a deducir que si se creaba un vacío debajo del coche, éste sería empujado hacía la propia pista originando una gran cantidad de carga aerodinámica. No sería hasta 1978 que el resto de equipos se dieron cuenta del potencial de tales conceptos. Esto desencadenó una carrera para que los rivales crearan sus propios diseños de efectos de suelo. Sucedió exactamente lo mismo con el Turbo.

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