Las Mascotas Del ABUELO Nadie engaña al abuelo

EL LORO Y EL MONO DEL ABUELO

San José robó una chola y San Juan se la quitó si los santos roban chola porque yo no he de robar, dijo el sabio Salomón el que tiene una mujer no tendrá perdón de Dios. El que tiene una no es ninguno el que tiene dos es vanidad, está bien con quince o veinte, eso sí es habilidad... Cantaba desentonado el loro Lorenzo en el techo de la casa.
Mientras que pedrín el mono, correteaba a los polluelos jugando en el patio, en una mañana nublada.
–¡Lorenzo Pedrín! ¡Vengan a desgranar maíz!
Llamaba el abuelo.
–¡Aaaj! Estoy cansado, respondía Lorenzo.
–¿Cómo que estás cansado? Si no me ayudan no habrá comida. Insistía con mentiras el viejo consentidor.
–Lorenzo bajaba de mala gana torpemente por el filo del techo de la casa cantando.
–¡A trabajar a trabajar a trabajar!
Para que, para que, para que... si nací cansado, no sé trabajar...
Jajaja... reía el abuelo.
Estás canciones que Lorenzo repetía se las escuchaba cantar al tío Pancho cuando estaba por allí.
De tanto ver al abuelo desgranar maíz, Lorenzo y Pedrín aprendieron el oficio, el loro lo hacía con su pico y el mono con sus dientes. El abuelo les había tejido un canasto especial para ellos, en donde se pasaban desgranando y jugando los días de lluvia, en todo el día se hacían un kilo y eso servía para los pollos...
#cuentosdelabuelo