Chaqueta Trialmaster de Belstaff: ¿Vale la pena? Reseña completa

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En 1907 se celebró en Inglaterra la primera carrera Tourist Trophy de la Isla de Man. En ese momento las condiciones eran muy polvorientas y los hombres todavía tenían los cuellos rígidos clásicos de esa época. Usaban casacas normales que iban abotonadas hasta el final. Ese era un atuendo formal para usarlo en una pista de carreras de motocicletas que solía estar llena de polvo. Dos años más tarde en 1909 se fundó el club británico de carreras de motocicleta. En ese año, un tal Eli Belovitch abrió una tienda de telas y productos de caucho en Staffordshire.


Durante la Primera Guerra Mundial, la compañía de Belovitch proporcionó al ejército británico tela impermeable en forma de carpas y capas. Después de que la guerra terminó, las carreras de motos se reanudaron en Inglaterra y se convirtió en cierto modo en la edad de oro de este tipo de carreras. Con ese espíritu, Belovitch formó la marca Belstaff en 1924 junto con su yerno Henry Grossberg, y se centró en prendas para motociclistas. Se convirtieron en grandes fabricantes de ropas impermeables para hombres y mujeres.
Con el tiempo, Grossberg trajo de vuelta el uso del algodón egipcio que era de alta calidad, pero cuando se prefirió usar la cera en lugar de las prendas tradicionales de caucho, esta a la vez era resistente al agua. Belstaff es una marca que ganó reconocimiento y en 1930 incluyó a varios motociclistas famosos y otros aventureros entre su base de clientes. Uno de ellos fue Joe Wright, quien de 1925 a 1935 obtuvo el récord de vueltas en motocicleta en Brooklands, y también el explorador y motociclista Thomas Edward Lawrence. Algunas clientas famosas de Belstaff en ese momento fue la aviadora Amy Johnson, que fue la primera mujer piloto que voló sola de Inglaterra a Australia. Así como la aviadora Amelia Earhart.


Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Belstaff comenzó a producir otra vez para el ejército, pero la demanda fue tan alta que agregó más de 600 trabajadores a la empresa. Después de la guerra volvieron a buscar lo mejor, que eran las casacas para motociclistas. En 1948 crearon la ahora icónica casaca Trialmaster hecha de algodón encerado. Originalmente fue diseñada para resistir la competencia escocesa de seis días, que fue una carrera de motocicletas en carretera y todoterreno muy extrema.


La Trialmaster se hizo rápidamente popular. Ernesto Che Guevara la usó en 1952 cuando condujo 8000 kilómetros con su motocicleta por Sudamérica durante 8 meses. Con la ayuda de personajes tan famosos, esta casaca de Belstaff fue la número uno en ventas de la empresa en 1960.


En 1963 el famoso Steve McQueen de quien hablamos en otro video, pero por sus lentes de sol, usó una Trialmaster en la película El gran escape. Ahí se ve que usa la casaca en la famosa escena donde salta con la motocicleta sobre un alambre de púas. Como probablemente sepa, McQueen era un ávido entusiasta de las motocross. Hay un rumor no confirmado de que no fue a una cita con Ali McGraw porque en lugar de eso prefirió encerar su casaca Trialmaster.


En 1969, Belstaff se sometió a un cambio de marca y colocó un fénix como su logotipo. Pero en la década de 1990, sobrevivió a la caída de la demanda de su casaca y a la desaparición del mercado textil británico. Belstaff cambió de manos varias veces. Actualmente es propiedad de la empresa privada más grande del Reino Unido llamada Neos.


En los últimos tres años, Belstaff realmente cambió su marca, y a menudo mediante la colocación de productos ha aparecido en películas como Misión Imposible 3. De igual manera se convirtió en una marca de estilo de vida y alta costura que se centra en la herencia británica.