A veces, el destino cruza los destinos de personas, de clubes de fútbol, de títulos ganados con esfuerzo y en muy buena ley, para unirlos en la historia común, el recorrido por los logros de un grupo de jugadores y un cuerpo técnico liderado por un hincha fanático de ese mismo equipo, de esos colores patrios y de ese festejo interminable.
Racing Club ganó su primer título el 24 de noviembre de 1912. Llevaba apenas dos temporadas en Primera cuando lo obtuvo. Eliminó primero a River (3-0), luego goleó por 5-0 a Estudiantes de Buenos Aires, repitió show ante Provincial de Rosario (6-1) y en la final se floreó derrotando 3-0 a Newell’s Old Boys. Racing se fue al descanso en el entretiempo sacando dos goles de ventaja, gracias a los Albertos, Ohaco y Marcovecchio, sus dos artilleros de esos años.
Después, Alberto Marcovecchio amplió y cerró el marcador. La Copa de Honor uno de los dos trofeos que se jugaban anualmente en ese tiempo quedó en las flamantes vitrinas que aun no albergaban copas nacionales. Al año siguiente, Racing inició su cadena de campeonatos ganados serían siete consecutivos y se convertiría en el club más popular del país y desde ese tiempo en “la Academia” por el estilo único y ganador de sus jugadores.
En Asunción, ciento doce años después y por diferencia de unas horas, se quedó con su cuadragésimo título ganado, superando a Cruzeiro y alimentando su leyenda y la de su propia y especial entrenador, Gustavo Costas. Haciendo un excelente primer tiempo, apretó al rival sobre su arco, le hizo dos goles (Adrián Martínez y el oriental Martirena) y dio una sensación clara de su dominio ante un Cruzeiro distraído, que jugó con tibieza y desacople la final.
Como peor no podían desempañarse, los gritos del técnico Fernando Diniz resonaron en el vestuario mineiro y los azules, donde brillara Roberto Perfumo entre 1971 y 1974, no fueron los mismos. Volvieron mejorados, ansiosos del descuento y de aliviarle los dolores de cabeza a sus hinchas. Llegó el 1-2 y hubo un par de intentos peligrosos adicionales, pero no pasó de ahí. El insoportable calor asunceño mermó los físicos, empezaron los cambios, con jugadores agotados y relevos frescos pero preocupados por los minutos finales.
Costas no paraba de gesticular, tomarse la cabeza, gritar, reclamar, aplaudir, aconsejar a los gritos y pedirle al árbitro que acertara con las sanciones. Lo metió a Roger Martínez cuando quedaba muy poco, sabiendo que alguna chance tendría. Ya en el descuento y envueltos en los nervios de semejante desenlace, el colombiano capturó una pelota en media cancha y se lanzó libre, sin marca, hacia el arco del veterano Cassio. Se perfiló, midió el remate y sacó el balazo esperado, cruzado y rasante, que estalló en la red de Cruzeiro.
Roger se dejó caer para celebrarlo, la multitud albiceleste inició el festejo interminable, Costas hizo lo mismo, sus compañeros también. Racing ganaba 3-1 y terminaba la larguísima travesía para quedarse con un torneo internacional después de 36 años, justo ante el mismo rival al que le celebró en su estadio de Belo Horizonte, aquel empate de 1988 y el título.
Faltaba esta Sudamericana en las vitrinas de Avellaneda. Ahora y lo decían Costas, sus dirigidos y los hinchas abrumados por el calor faltaba regresar triunfantes al país para ponerse de lleno en las cuatro fechas finales del campeonato. Caído River, lejos Boca, hay carretel en los físicos para pelearle a Vélez y a Huracán el título de Liga 2024. ¿Podrán hacerlo? ¿Alcanzará para completar el año soñado? La clasificación a la Copa Libertadores ya está en el bolsillo al campeonar. Falta el esfuerzo final. Querían la Copa, ya la tienen. Es el título 40 de la historia racinguista. La fecha coincide con la primera, aquella de 1912. El milagro ya se hizo.
Las ilusiones están intactas. La multitud lo exigió, en medio del festejo maravilloso. Casi que un país se puso del lado de la Academia para celebrar o en todo caso, para acompañar la fiesta demorada. Racing campeón sudamericano. Como en los 60, como en los 80. Como se ganaban Copas en noviembre de 1912, hace 112 años. Como ahora y como pide la gente, dentro de cuatro fechas también. Un esfuerzo más. Nada en Racing suena imposible.
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