AQUIS QUERQUENNIS 🏛

En Bande y a orillas del Río Limia (Porto Quintela) y a menudo medio hundido en el pantano de As Conchas se encuentra el fantástico y mítico campamento romano de Aquis Querquennis que en su tiempo albergó a las legiones romanas, que ya fuera para construir la famosa calzada “Vía Nova”, (que unía Braga con Astorga) o bien para colonizar y controlar estas, antaño, “salvajes” e inhóspitas tierras para los romanos.
Este campamento se construyó más a conciencia y con materiales no perecederos, como la piedra y la teja, con el objetivo de conservar un gran destacamento por un tiempo indefinido. No se conoce muy bien su principal función pero se especula que fue creado para la vigilancia de la Vía Nova o bien para apaciguar y controlar estas tierras que tanto quebraderos de cabeza les estaban dando.

Se trataba de una construcción amurallada casi cuadrada con fosos, flanqueada por cuatro torres y en el centro un edificio de planta cuadrada de 20 x 20 y otros dos más pequeños, siendo posiblemente los barracones para las tropas. Además existían dos graneros y un hospital. El campamento contaba con al menos dos puertas, la Decumana y la Sinistra.

El campamento albergaba probablemente la Cohors III Quinquenaria Equitata , perteneciente a la Legio VII Gémina que equivaldría a 608 soldados de los que 480 eran de infantería, y el resto, de caballería.

Los restos eran conocidos vulgarmente por los vecinos como A Cidá. El topónino latino se corresponde con la situación de la mansión aquí ubicada. “Aquis” de agua referente a las surgencias termales y “querqus” de roble, por la supuesta abundancia de este árbol en su día.

Se le supone una construcción entre los años 69-79 d.C. y una ocupación que llegaría hasta el siglo III.

Se sabe de la existencia de este campamento desde el siglo XVII cuando es mencionado por Mauro Castellá Ferrer.

En la segunda década del siglo XX Florentino López Cuevillas fue el encargado de realizar las primeras prospecciones.

En 1949 se construye el embalse de As Conchas que deja bajo las aguas al yacimiento.

No fue hasta 1975 cuando se reanudaron los trabajos dirigidos por Antonio Rodríguez Colmenero.

En la actualidad los trabajos siguen a cargo de Santiago Ferrer Sieira.

En septiembre de 2018 fue declarado Bien de Interés Cultural.