Años Nuevos de Valle Gran Rey

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AÑOS NUEVOS DE VALLE GRAN REY: SENTÍ UNOS TAMBORES Y PENSÉ SI ESTARÍA SOÑANDO
«Sentí unos tambores y pensé si estaría soñando» nos decía un vecino de Guadá en 1999 cuando, el recién creado colectivo Chácaras y Tambores de Guadá salió a cantar los Años Nuevos. Parecía como si los tambores regresaran desde el tiempo de los sueños, resonando de nuevo, tras años de silencio, por los caminos de Valle Gran Rey. La parranda arrancó, tras la medianoche, en Los Granados, encabezada por el siempre añorado José Ortiz, El Mago, ejerciendo de guía –cantador de alante- y maestro de ceremonias; recorriendo todos los barrios de Guadá («Levanten muchachos / dejen de dormir / que vamos entrando / al año dos mil»).
Farrafiando el día llegamos a Lomito Gámez, a cantarle por sorpresa a D. Pancho Cruz Correa, veterano tamborero de Valle Gran Rey, del que tanto aprendimos y al que tanto debe la pervivencia de esta manifestación popular: («Ábranos la puerta /Pancho por Dios, / que venimos cuatro / y entraremos dos»). Zafarrancho general en la casa, la mesa dispuesta, bebidas y frescos. («¡Qué hermosita mesa! / ¡qué hermosa mesita! / Comimos de todo / no faltó naíta»). La emoción nos embargó a todos, porque Pancho Cruz, a sus 82 años, podía comprobar que la tradición no iba a desaparecer. Allí, entre coplas, cantares y décimas, D. Pancho se arrancó con un romance que nos trasladó a un lugar más allá del tiempo: «San Salvador fue encontrado, en un cejo abandonado».
En La Gomera llama la atención que en cortos espacios los comportamientos musicales presenten notables diferencias. En el mismo Baile del Tambor, siendo la estructura la misma, existen múltiples variaciones en la manifestación del mismo. Tantas, como diversas somos las personas y diferentes son los pueblos: en las tonadas, en el tempo de la ejecución, en las mudanzas que se ejecutan. Por tanto, no es de extrañar que los Años Nuevos no sean ajenos a esta particularidad.
En el barranco de Valle Gran Rey han existido tres formas de interpretarse los Años Nuevos. Por un lado tenemos El Englosiao, que es la más antigua, siendo en Guadá la última zona donde se mantuvo. De las otras dos formas, en una se cantan los versos corridos (cantan todo el verso y se responde completo), estando emparentada con la manera de interpretarlos en Arure; y la otra, que se canta en Guadá, es similar a los de Chipude y El Cercado, y es la que nos ocupa.
«Los Años Nuevos nuestros son también otro toque de los Años Nuevos […] Aquí en Chipude mismo, hay una diferencia también. Pero en los de Arure, que ya ve que somos del mismo ayuntamiento, tienen muy distinto a nosotros [en Valle Gran Rey], y en Alojera los Años Nuevos son lo mismo que lo nuestro sí, así que… los de Chipude tienen esto pero un trasteíto parecido. Pero solamente en las palabras hay una diferencia».
(Pancho Cruz. Valle Gran Rey, 19 de agosto de 1994) [1].
Estos Años Nuevos se interpretan exclusivamente con tambor, siendo su toque (tres toques de tambor, uno fuerte y los otros dos más débiles como si rebotara el palo en el parcho) y tonada el mismo que los de Chipude, El Cercado. Presenta, sin embargo, el de Valle Gran Rey la particularidad de variar con respecto a los de Chipude en la forma de responder el coro al solista. Su canto se estructura de la siguiente manera:
Guía (dos veces):
Aquí por la puerta
Vemos un reflejo
Coro (dos veces):
Aquí por la puerta
Vemos un reflejo
Guía (dos veces):
Son tus ojos niña
Parecen un espejo.
Coro (dos veces):
Son tus ojos niña
Parecen un espejo.
Guía y coro: (dos veces):
Parecen un espejo
Guía y coro (una vez):
Aquí por la puerta
Vemos un reflejo. [2]
Los tiempos cambian, y viejas tradiciones, como los Años Nuevos, buscan su acomodo entre las nuevas costumbres. En cualquier caso, por mucho que cambien los modos de vida, siempre hay un lugar para compartir y que mejor que a través de la música, la palabra y una mesa bien dispuesta.
Venimos cantando
como parranderos,
habiendo salud
al año volvemos.
Notas:
[1] López Viera, J.A. (2003). Tambor gomero y oralidad. Diálogo con los herederos. La Esperanza: Asphodel págs.45-46
[2] Aprendidos de D. Pancho Cruz Correa en 1999.
Bibliografía:
HERNÁNDEZ MÉNDEZ, M. A. (2001). La memoria del Tambor. Valle Gran Rey: Agrupación Folklórica Chácaras y Tambores de Guadá.
LÓPEZ VIERA, J.A. (2003). Tambor gomero y oralidad. Diálogo con los herederos. La Esperanza: Asphodel
Discografía:
A.F. CHÁCARAS Y TAMOBORES DE GUADÁ (2001). La memoria del Tambor. Valle Gran Rey: Agrupación Folklórica Chácaras y Tambores de Guadá.
Autor: Miguel Ángel Hernández Méndez

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