Reflexiones de un Sabio - Omar Fuentes

Memorial José Jaque

José no era un pastor de plataforma, de mensajes largos y exegéticos. José era un pastor que lideraba desde el trabajo práctico, de pocas palabras y mucha acción. Promovía la comunión, siempre se mostraba amigo, era de estar con el necesitado. Y también confrontar si era necesario si alguno de desviaba, con contundencia, pero siempre con gracia.

Su don espiritual era de servicio y lo ejercía con solicitud (Romanos 12:7). Su frase era "yo me encargo", y podíamos descansar en que las cosas iban a estar listas.
Así que lo podíamos ver en el predio del Lago, trabajando con la pala, plantando, regando. Con Celi, su esposa, con otros tantos que se sumaban, porque era lindo trabajar con él.
Otras tantas veces, lo podíamos ver con el delantal puesto cocinando o asando algo rico. Él cuidaba la retaguardia desde el anonimato, porque en su espíritu de bajo perfil no quería mostrarse, prefería estar siempre en un lugar sin exposición.

Las enseñanzas de José fueron con el ejemplo y en el uno a uno, o en grupos pequeños. Sus palabras eran de una sabiduría práctica. Frente a la resolución de problemas, aportaba esa practicidad necesaria y acción; siempre entremezclada con algunos chistes que buscaban descomprimir la tensión que los problemas de la vida traen y nos quieren dejar en la amargura.

En la Iglesia era muy querido, siempre el abrazo y la mano extendida para ayudar. Los niños lo amaban por su personalidad entrañable, cariñosa, porque siempre les prestaba atención, les sonreía y los hacía sonreír también.

¡Cómo lo vamos a extrañar!

La Biblia dice en Hebreos 13:7: "Acuérdense de sus pastores, que les hablaron/los guiaron con la palabra de Dios; consideren (observen) cuál ha sido el resultado de su conducta e imiten su fe".