Faith No More 🇨🇱 Santiago, Chile 2011.11.12 Maquinaria Festival. KFOD Full Show Pro-Shot

Описание к видео Faith No More 🇨🇱 Santiago, Chile 2011.11.12 Maquinaria Festival. KFOD Full Show Pro-Shot

1. Get Out
2. Ricochet
3. Evidence (Spanish Version)
4. The Gentle Art of Making Enemies
5. Star A.D.
6. Cuckoo For Caca
7. Caralho Voador
8. Ugly in The Morning
9. Digging The Grave
10. Take This Bottle
11. King For a Day
12. What a Day
13. The Last to Know
14. Just a Man
15. Matador (Debut)
16. Caffeine
17. Ashes To Ashes
18. Absolute Zero (Rare B-Side)

Gira donde se tocó "King for a day, fool for a lifetime" (1995) y la presencia del que fuera guitarrista de la agrupación en aquella época, Trey Spruance. El resultado fue una extraña mezcla de euforia, nostalgia y saliva, una receta ya típica en los encuentros entre los californianos y el público local.

Un ácido periódico local titulaba hace más de 20 años: «Please no more». Faith No More se presentaba por primera vez en Chile y lo hacía nada más y nada menos que en el Festival de Viña del Mar, en una doble jornada, el grupo californiano comenzaba a pavimentar un camino que finalmente les elevaría al grado de héroes locales y que llegaría a su punto culmine la noche del sábado 12 de noviembre, en un reencuentro con tintes de ceremonia.

El show demoró más de 15 minutos en iniciarse, convirtiendo a las pifias en un recurso de presión constante.

«Ser rey por un día, y hueón de por vida» era la frase de sentencia que imponía Patton a la audiencia y que servía como epílogo para una velada que pareció única. Una rápida y despechada «Get Out» daba un potente inicio a un estricto setlist, donde Patton desbordaba adrenalina y como buen anfitrión trataba de dejar a todos sus invitados con una sensación de conformidad. «Ricochet» y «Evidence» en su versión en español ponían al público a saltar y conectaban a la banda con su lado más «flaite», como diría el mismo Mike.

Trey Spruance actuaba después de largo tiempo junto a Patton, llevando el sonido de la agrupación a su tope. «The gentle art of making enemies» hacía volver a todos al ruedo de la velocidad y violencia, la cual era disfrazada por arreglos florales y sonrisas varias. «Star A.D.» se mostraba como primicia ya que nunca había sido tocada en vivo con un conjunto de bronces, que adornaban la espalda de Bordin. «Cuckoo for caca» llevaba al límite la capacidad vocal de Patton, quien atacaba con gritos y juegos con la mesa de efectos. El cambio fue radical y el tenue bossa nova de ‘Coralho voador’ se tomaba el Club Hípico, el cual contó con serios problemas de sonidos que se mantuvieron a lo largo del día, uno de los puntos negros de la jornada.

Patton bromeaba sobre sus constantes visitas a Chile y asumía que el próximo año estaría de vuelta. «Ugly in the morning» resumía el espíritu crossover del (hasta ese entonces) quinteto. «Digging the grave», single de por aquellos años y uno de los favoritos de los presentes, era coreado por todos. La sorpresa fue mayor cuando Jon Hudson entra al escenario para acompañar, de ahí en adelante, al resto de sus compañeros. Era la primera vez que Faith no More contaba con dos guitarras en escena y la oportunidad no se desperdició en absoluto: «Take this bottle» y «King for a day» pasaban pegadas, para luego dejar a la furiosa «What a day» como anticipo a un cierre glorioso.

«The last to know» calmaba todo ademán de desorden a punta de riffs directos y duros. La caja de Pandora se se abría, lo que exigía mantener los sentidos alerta en cada segundo. «Just a man», uno de los himnos de la banda, era secundada por un coro de cantantes nacionales, quienes uniformados con túnicas de colores, se transformaban en la guinda de una torta bien repartida. Patton se exponía a una lluvia de escupitajos, mientras la música se encargaba de transformar aquel instante en algo surrealista. Salieron rápido del escenario, pero no sería por mucho tiempo.

Su retorno fue incluso más avasallador: Mientras Patton y Bottum mostraban una bandera chilena la música volvió de la mano de una canción inédita, estrenada el pasado 8 de noviembre al otro lado de la cordillera. Lo que comenzó como rumor terminó por ser una realidad y abrió una puerta de esperanza para todos aquellos fanáticos que sueñan con material nuevo de la banda. Gould, el silencioso genio detrás del bajo, sacaba lo mejor de sí como si no pasaran los años por encima de él.

Angel Dust (1992) y Album of the Year (1997) también tenían su espacio dentro del repertorio, dejando a «Caffeine» y «Ashes to ashes» como protagonistas de los siguientes minutos. Y si querían impresionar, lo lograron: «Absolute Zero», B-side del King for a day…, dejaba en jaque al menos fanático y atónito al que los sigue desde siempre. Un público hambriento por más no dejaba que los músicos abandonaran el escenario Claro, pero los fuegos artificiales se encargaron de dejar las cosas en su lugar.

Agradecimientos a Nicolás Pereira (Rocknvivo) por el review y a Ignacio Frias por compartir el concierto después de 12 años.

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