Puerto de chancay visto desde una perspectiva geopolítica por Chile, Ecuador y Brasil

El puerto de Chancay en Perú se proyecta como un eje clave para el comercio entre China y la costa oeste de Sudamérica, potenciando el intercambio con la región Asia-Pacífico. Ubicado a 75 km al norte de Lima, este multipuerto busca convertirse en un centro neurálgico para el comercio, prometiendo generar más de 7000 empleos. La inversión está dividida entre el Cosco Shipping Group de China (60%) y la minera peruana Volcán (40%), destacando por su capacidad para acortar los tiempos y costos de transporte marítimo hacia Asia.

Especial interés ha mostrado Brasil, que podría ver reducido el tiempo de transporte de mercancías a Asia de 55 a menos de 30 días, gracias a una conexión vial desde Acre hasta Pucallpa, en Perú. Esta nueva ruta beneficiaría no solo a Brasil sino también a países como Chile, Ecuador y Colombia, al ofrecer una alternativa más rápida y eficiente para sus exportaciones.

El puerto de Chancay también se señala como un potencial punto de concentración para el comercio exterior de Chile, lo que ha generado preocupaciones en dicho país sobre posibles impactos en su soberanía económica marítima. Pese a esto, hay voces en Chile que ven oportunidades de colaboración y no solo riesgos en el desarrollo de este megapuerto.

No obstante, el proyecto no está exento de desafíos, incluyendo preocupaciones sobre el posible aumento en el tráfico de drogas y el crimen organizado, dado el crecimiento comercial y poblacional que conllevará. A pesar de estos riesgos, el puerto de Chancay se perfila como un cambio significativo en la dinámica del comercio transpacífico, ofreciendo nuevas oportunidades de integración y desarrollo económico para Sudamérica.


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